CIUDAD DEL VATICANO, 14 de abril (AP/EFE/ACIprensa).- El papa Francisco advirtió a los católicos, incluidas las autoridades de la Iglesia, en contra de juzgar demasiado y de ser presuntuosos, en su homilía de una misa por el Domingo de Ramos. Decenas de miles de peregrinos, turistas y romanos llenaban la Plaza de San Pedro para la ceremonia al aire libre.
La celebración da inicio a la Semana Santa, que incluye procesiones del Via Crucis en todo el mundo en las que los creyentes conmemoran la Pasión, o el sufrimiento, de Jesús en el Viernes Santo y su muerte por crucifixión.
Los servicios del Domingo de Ramos recuerdan las exclamaciones y gestos de triunfo de la multitud que recibieron a Jesús en Jerusalén, según la tradición cristiana. Pero poco después, de acuerdo con el Nuevo Testamento, el ánimo de la gente cambió y Jesús fue detenido y recibió burlas antes de ser flagelado y ejecutado.
“Celebraciones festivas y tortura brutal: el silencio de Jesús durante su pasión es profundamente impresionante”, dijo Francisco en su homilía.
El papa advirtió en contra de la tentación del “triunfalismo” que según dijo se alimenta “mirando a otros por encima del hombro y juzgándolos inferiores, faltos, fallidos”.
Francisco añadió que “una forma sutil de triunfalismo es el cosmopolitismo espiritual, que representa el mayor peligro, la mayor tentación que amenaza la Iglesia”. Recomendó humildad como forma de combatir esas tentaciones.
En sus últimas décadas, la Iglesia católica se ha visto sacudida por revelaciones de pedofilia y otros abusos sexuales por parte del clero, y a menudo esfuerzos sistemáticos de su jerarquía para cubrir esos sucesos. Los escándalos han afectado incluso a obispos y cardenales, y golpeado la confianza de incontables fieles de a pie.
El papa bendijo con agua bendita las ramas de palma y olivo que sostenía los asistentes a la misa del domingo. Desde los escalones al pie del obelisco en el centro de la plaza, observó mientras los prelados formaban un círculo a su alrededor mientras sostenían palmas trenzadas.
Tras las bendiciones, el papa, ataviado con ropas rojas y una palma trenzada, se unió a la procesión hasta un altar al aire libre para celebrar la misa.
El pontífice también invitó a la gente a rezar por la paz, en especial en Tierra Santa y Oriente Medio.
Para el final de la misa, el sol dio paso a una suave lluvia y la multitud alcanzaba las 50,000 personas, según fuentes de seguridad. Francisco, tras quitarse los ropajes rojos, recorrió la plaza en su papamóvil para saludar a la gente.
La Semana Santa culmina con la alegre celebración del Domingo de Pascua, en la que los cristianos celebran su creencia de que Jesús se levantó de entre los muertos.
El Papa invita a resistir al demonio y dejar actuar al Señor
El Papa Francisco animó a los cristianos a que, “en los momentos de oscuridad y de gran tribulación”, cuando el demonio sale a la luz, “resistirlo en silencio, manteniendo la posición”, dejando actuar a Dios, protegidos bajo el manto de María.
El Santo Padre hizo esta afirmación en su homilía de la Misa celebrada este domingo 14 de abril en la Plaza de San Pedro del Vaticano con motivo del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor.
“En los momentos de oscuridad y de gran tribulación hay que callar, tener el valor de callar, siempre que sea un callar manso y no rencoroso. La mansedumbre del silencio hará que parezcamos aún más débiles, más humillados, y entonces el demonio, animándose, saldrá a la luz. Será necesario resistirlo en silencio, manteniendo la posición, pero con la misma actitud que Jesús”, fueron las palabras del Pontífice.
Francisco explicó que Jesús “sabe que la guerra es entre Dios y el Príncipe de este mundo, y que no se trata de poner la mano en la espada, sino de mantener la calma, firmes en la fe. Es la hora de Dios. Y en la hora en que Dios baja a la batalla, hay que dejarlo hacer”.
“Nuestro puesto seguro estará bajo el manto de la Santa Madre de Dios. Y mientras esperamos que el Señor venga y calme la tormenta, con nuestro silencioso testimonio en oración, nos damos a nosotros mismos, y a los demás, razón de nuestra esperanza. Esto nos ayudará a vivir en la santa tensión entre la memoria de las promesas, la realidad del ensañamiento presente en la cruz y la esperanza de la resurrección”.
En su homilía, el Obispo de Roma señaló que durante la Semana Santa se trata de “acompañar con fe a nuestro Salvador en su camino y tener siempre presente la gran enseñanza de su Pasión como modelo de vida y de victoria contra el espíritu del mal”.
“Jesús nos muestra cómo hemos de afrontar los momentos difíciles y las tentaciones más insidiosas, cultivando en nuestros corazones una paz que no es distanciamiento, no es impasividad o creerse un superhombre, sino que es un abandono confiado en el Padre y en su voluntad de salvación, de vida, de misericordia”.
Señaló que, en la entrada de Jerusalén, Jesús hace frente a la tentación del triunfalismo y, en cambio, opta por “el camino de la humildad”.
“El triunfalismo trata de llegar a la meta mediante atajos, compromisos falsos. Busca subirse al carro del ganador. El triunfalismo vive de gestos y palabras que, sin embargo, no han pasado por el crisol de la cruz; se alimenta de la comparación con los demás, juzgándolos siempre como peores, con defectos, fracasados...”.
En cambio, “Jesús destruyó el triunfalismo con su Pasión”. Al mismo tiempo, Jesús no niega las afirmaciones del pueblo de Jerusalén que lo recibió con entusiasmo aclamándolo como Rey y Mesías. “Humildad no significa negar la realidad, y Jesús es realmente el Mesías, el Rey”, señaló el Papa.
El Papa también llamó la atención sobre el hecho de que, en medio del recibimiento triunfal en la ciudad santa, “el corazón de Cristo está en otro camino, en el camino santo que solo él y el Padre conocen: el que va de la condición de Dios a la condición de esclavo, el camino de la humillación en la obediencia hasta la muerte, y una muerte de cruz”.
“Él sabe que para lograr el verdadero triunfo debe dejar espacio a Dios; y para dejar espacio a Dios solo hay un modo: el despojarse, el vaciarse de sí mismo. Callar, rezar, humillarse. Con la cruz no se puede negociar, o se abraza o se rechaza. Y con su humillación, Jesús quiso abrirnos el camino de la fe y precedernos en Él”.
Así, Francisco también quiso destacar la contraposición de las aclamaciones de fiesta a la llegada de Jesús a Jerusalén con la “furia feroz” durante su ascenso al Calvario. “El silencio de Jesús en su Pasión es impresionante. Vence también a la tentación de responder, de ser mediático”.
Pide Francisco orar por la paz, especialmente en Medio Oriente
Un llamado a orar por la paz, especialmente en Tierra Santa y Medio Oriente, hizo el papa Francisco durante las ceremonias litúrgicas por el Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa.
En su alocución durante el tradicional rezo dominical del Ángelus ante miles de feligreses en la Plaza de San Pedro, el sumo pontífice ofreció a cada uno una corona de olivo realizada en Tierra Santa para el encuentro mundial de jóvenes en Panamá, en enero último, y la jornada que realizan hoy en todo el orbe con sus obispos.
Por lo tanto, dijo, renuevo mi llamamiento a los jóvenes, y a todos, para que recen el Rosario por la paz, especialmente por la paz en Tierra Santa y en el Medio Oriente.