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Tripulantes de cruceros preparan sus alimentos en el mercado

PROGRESO, Yucatán, 14 de mayo.- Los tripulantes de los cruceros turísticos que arriban al puerto de Progreso se han convertido en una fuente de ingresos para los locatarios del mercado municipal, dedicados a la gastronomía, donde utilizan la cocina a cambio de dejarles preparar sus alimentos para su convivencia, además que el consumo es comprado en la central de abastos.

José Cruz Cámara, Martín Vega y Leticia Pérez, locatarios del mercado municipal, dieron a conocer que los tripulantes de los cruceros dejan el llamado billete verde en el mercado municipal, mientras estos realizan un convivio en este puerto, reuniéndose en una cocina del puerto donde éstos preparan sus alimentos para las degustaciones.

Tripulantes de diversas nacionalidades, entre estos filipinos, colombianos, panameños y jamaiquinos, cuando arriba un crucero turístico y están en su día de descanso acuden al mercado municipal, donde preparan sus propios alimentos.

Convirtiéndose en una fuente de ingresos para los que les permiten preparar sus alimentos en las cocinas y desde luego, a los comerciantes de la central de abastos que compran pescados y mariscos.

Los tripulantes llegan al puerto después del arribo del crucero donde se ponen de acuerdo, realizan sus compras de lo que emplearán en su convivio, pero antes de las 14 horas, los visitantes tienen preparados sus alimentos, entre los cuales está una gran olla de arroz blanco, que es uno de los platillos de los filipinos, quienes acompañan con los alimentos para degustar, como jaibas, langosta marina, camarones y desde luego, el pescado frito.

Sus alimentos los acompañan con chile habanero, a diferencia de los turistas de los cruceros, los tripulantes de los cruceros consumen alimentos en el mercado municipal, con su sazón muy personal.

Estos prácticamente utilizan la cocina para preparar sus propios alimentos entre los tripulantes de ambos sexos, y esto se ha convertido en una costumbre.

Los tripulantes se van pasando la información de dónde les pueden ofrecer este tipo de servicios, por lo que los trabajadores de estos hoteles flotantes preparan su comida para su convivencia.

Entre los tripulantes llegan féminas que también laboran en los grandes cruceros; el trato que reciben hace que estos al retornar vengan acompañados de otros tripulantes que vienen de visita al mercado municipal a pasar un momento agradable entre estos.

En cuanto a la barrera de la comunicación del idioma, hay tripulantes que hablan español y son los traductores, por decir los colombianos y panameños dominan ambos idiomas que hacen más fácil la comunicación.

Aunque el tiempo que permanecen en las costas de Progreso es limitado, pues bajan prácticamente por horas al puerto, los tripulantes es una fuente de ingresos para los que comercializan pescados y mariscos y ofrecen sus concinas para su preparación alimentos.

(Julio Jiménez Mendoza)