Internacional

'¿Qué pasa después?”

Alfredo García

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La diferente visión del mundo entre la geopolítica imperialista y la revolución iraní amenazan el planeta con un conflicto armado de devastadoras consecuencias. Practicar la “diplomacia” frente al adversario con posiciones extremas, ignorando el bien común, hace al mundo un lugar más peligroso.

El periódico The New York Times, NYT, en un artículo publicado ayer, informó: “El presidente Trump aprobó ataques militares contra Irán en represalia por derribar a un avión no tripulado de vigilancia estadounidense, pero los canceló el jueves por la noche después de un día de tensiones crecientes”.

Se trata de un “dron” espía de gran altura, RQ-44 Global Hawk, con un costo de 130 millones de dólares que despegó de Emiratos Arabes Unidos y fue derribado por un misil tierra-aire iraní en el espacio aéreo del Estrecho de Ormuz, en medio de una escalada de tensión entre Washington y Teherán. El gobierno iraní aseguró que el avión había violado su espacio aéreo, mientras EU afirma que el dron volaba sobre aguas internacionales.

Según el Times, “Hasta las siete de la tarde, los oficiales militares y diplomáticos esperaban un golpe aéreo luego de intensas discusiones y debates en la Casa Blanca entre los principales funcionarios de seguridad nacional y líderes del Congreso del presidente, de acuerdo con varios altos funcionarios de la administración involucrados o informados sobre las deliberaciones. Las autoridades dijeron que el presidente había aprobado inicialmente los ataques contra un puñado de objetivos iraníes, como el radar y las baterías de misiles. La operación estaba en marcha en sus primeras etapas cuando fue cancelada, dijo un alto funcionario de la administración”.

El reportaje cita: “Los altos funcionarios de la administración dijeron que el secretario de Estado Mike Pompeo, John R. Bolton, asesor de seguridad nacional, y Gina Haspel, directora de la CIA, habían favorecido una respuesta militar. Pero altos funcionarios del Pentágono advirtieron que tal acción podría resultar en una escalada en espiral con riesgos para las fuerzas estadounidenses en la región”.

Se calcula que EU tiene desplegados unos 20 mil soldados en el Medio Oriente. A mediados de mayo el Pentágono envió a los mares del golfo Pérsico un buque de guerra con vehículos blindados y una batería de misiles Patriot para sumarse al portaaviones, USS Abraham Lincoln, así como bombarderos B-52. Posteriormente anunció el próximo envío de 1,500 soldados adicionales, alegando “amenazas persistentes” por parte de Irán.

El polémico derribo del avión no tripulado aumentó la tensión provocada por las recientes acusaciones de EU, responsabilizando a Irán de las explosiones que la pasada semana ocasionaron daños a dos buques petroleros que viajaban en el mar de Omán, lo que fue negado por Irán. El incidente del dron espía tiene todas las características de una provocación en medio de la incertidumbre creada por el retiro de EU del acuerdo nuclear con Irán adoptado junto a Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania en 2015, junto al aumento de sus sanciones económicas contra el país persa; y la respuesta del gobierno iraní anunciando que a finales de junio sus reservas de uranio enriquecido superarán el límite estipulado por el citado acuerdo nuclear.

Sobre la controversia acerca del avión espía, Helene Cooper, corresponsal del NYT en el Pentágono, tras breve análisis de lo acontecido, con fina intuición periodística preguntó: “¿Qué pasa después? El Sr. Trump se reunirá con los principales funcionarios de la Casa Blanca, para determinar cómo responder. Observe esto de cerca: la respuesta estadounidense probablemente proporcionará una pista sobre si el avión no tripulado estaba en el espacio aéreo iraní o en aguas internacionales”, predijo Cooper.