WASHINGTON, EE.UU., 25 de julio (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos se quejó hoy de “la tiranía de un sistema disfuncional” que permitió este miércoles el bloqueo judicial de las medidas que había adoptado para restringir el asilo y prometió recurrirlo.
El Gobierno se refería al fallo de un juez federal de California que el miércoles dejó en suspenso las restricciones al asilo decretadas la semana pasada por el presidente Donald Trump, destinadas a impedir que los migrantes pidan asilo en el país si han pasado antes por otros países donde han podido hacer estas solicitudes.
Como la mayoría de solicitantes de asilo proceden de El Salvador, Honduras y Guatemala, y en su camino hacia Estados Unidos pasan por México, la medida ponía virtualmente fin a la posibilidad de que solicitasen asilo en EE.UU.
“Ayer en la tarde, un solo juez de distrito, sobre la base de una querella iniciada por unos pocos grupos activistas sin validez legal, emitió una suspensión nacional contra una regla legal y necesaria para desalentar el abuso de nuestro sistema de asilo”, indicó la Casa Blanca en una declaración.
“La tiranía de un sistema disfuncional que permite que los demandantes busquen un foro para encontrar un solo juez que pretende dictar la política inmigratoria de toda la nación (...) debe terminar”, añadió.
“Tenemos la intención de usar todas las opciones disponibles para invalidar este fallo sin merito y para defender las fronteras de esta nación”, concluyó el comunicado.
En el fallo anterior, el juez Timothy J. Kelly, del tribunal del Distrito de Columbia, había afirmado que “los demandantes -Raíces y Capital Area Immigrants’ Rights (CAIR)- no demostraron la probabilidad de un daño irreparable por la norma requerida”.
En respuesta a otra demanda presentada por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), Tigar dijo posteriormente que “la nueva medida es probablemente inválida porque es inconsistente con las actuales leyes de asilo”, al calificar la decisión del Gobierno de Trump de “arbitraria y caprichosa”.
Siete muertos
Un mexicano, que estaba bajo custodia de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos en el Centro de Detención Stewart en Lumpkin, en Georgia, murió este miércoles en un hospital del área, informó este jueves la agencia federal.
Pedro Arriago-Santoya, de 44 años, se convirtió así en la séptima persona que fallece bajo la custodia de ICE en el año fiscal 2019, que comenzó en octubre de 2018.
El mexicano falleció en el Centro Médico Piedmont Midtown de Columbus, en Georgia, debido, según informes preliminares, a un paro cardiorrespiratorio como consecuencia de un fallo multiorgánico, endocarditis, miocardiopatía dilatada y fallo respiratorio, indicó ICE en un comunicado.
Arriago-Santoya estaba bajo custodia de ICE desde el 24 de abril después de que fuera detenido el 30 de marzo por parte de las autoridades del condado de Appling por embriaguez pública y violaciones de libertad condicional por un caso de conducta desordenada ocurrido en mayo de 2015.
El inmigrante recibió orden de deportación el pasado 6 de junio y estaba a la espera de ser expulsado del país.
Arriago-Santoya, que usaba varios sobrenombres, informó un día al personal del centro de detenciones de Stewart que sufría dolor abdominal y fue trasladado en ambulancia a un hospital cercano.
Al día siguiente, fue trasladado de ese hospital regional al Piedmont Midtown para una consulta quirúrgica debido a una posible dolencia en la vesícula biliar.
Fue en este centro médico donde el inmigrante sufrió un paro cardíaco, por lo que le trasladaron a una unidad de cuidados intensivos, con ventilación asistida y en estado de coma.
Este miércoles volvió a sufrir un paro cardíaco, pero en esta ocasión el personal médico no pudo evitar su muerte.
ICE indicó que ya informaron a las autoridades consulares mexicanas, que no han podido localizar todavía a ningún pariente cercano.
Arriago-Santoya es el séptimo inmigrante que muere bajo custodia de ICE en este año fiscal 2019, incluidos el cubano Wilfredo Padrón, de 58 años, y el mexicano Abel Reyes, de 54.
Además, hay que sumar los inmigrantes indocumentados muertos en el último año cuando estaban en custodia de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., entre ellos los niños guatemaltecos Jakelin Caal Maquín, de 7 años, y Felipe Gómez Alonzo, de 8.
En los últimos meses se ha desatado una agria polémica en EE.UU. sobre las condiciones que ofrecen las autoridades migratorias a los indocumentados en los albergues y centros de detención, lo que ha llevado a numerosos congresistas y el propio vicepresidente, Mike Pence, a visitar alguna de estas instalaciones para ver su estado.