PARIS, Francia, 2 de julio (AFP).- El mundo vivió en 2019 el mes de junio más caliente de la época moderna, a raíz por ejemplo de la extraordinaria canícula en Europa, destinada a reproducirse bajo el efecto del calentamiento climático.
Según datos del servicio europeo Copernicus sobre cambio climático, el termómetro subió en junio 0,1 °C más en comparación con el anterior récord para un mes de junio (2016), pero es sobre todo Europa donde más calor hizo, con una temperatura de unos 2 ºC superior a lo habitual.
Se batieron varios récords la semana pasada en diferentes países europeos asfixiados por una ola de calor de viento procedente del Sahara.
Las temperaturas superaron las habituales para este época del año en 10 ºC en Alemania, en el norte de España y de Italia, y en Francia, que registró un récord absoluto de 45,9 °C el viernes.
Combinando datos satelitales y registros históricos, Copernicus estimó que la temperatura del mes de junio en Europa fue 3 ºC superior a la media entre 1850 y 1900.
“Nuestros datos muestran que las temperaturas en el sudoeste de Europa la semana pasada fueron anormalmente elevadas”, comentó el jefe del servicio Jean-Noël Thépaut.
“Aunque es excepcional, es probable que experimentemos en el futuro este tipo de acontecimientos a causa del cambio climático”, agregó.
El equipo de Copernicus subrayó que es difícil atribuir este récord “directamente” al cambio climático, pero un equipo de científicos que trabajó sobre la canícula francesa concluyó el martes que es “al menos cinco veces más probable” que si la humanidad no hubiera alterado el clima.
Este equipo de la red World Weather Attribution tomó como referencia los tres días consecutivos más calientes en junio en Francia, los días 26, 27 y 28 de junio, con un promedio de 27,5°C (promedio de las temperaturas día y noche en todo el territorio continental francés) y los comparó con los otros periodos consecutivos de tres jornadas de canícula en junio desde 1901.
Deshielo de la Antártida marca un nuevo récord
La extensión de la capa de hielo de la Antártida en mayo fue la más baja desde que se tienen registros, informó hoy martes en rueda de prensa la portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) Clare Nullis.
El aumento del deshielo que sufre la Antártida se acentuó a partir de 2014, año en el que tras más de 30 años de incremento de la capa helada se observó una disminución de esta sin precedentes desde que existen los satélites, de acuerdo con el organismo.
Se pasó de una superficie de 17,41 millones de kilómetros cuadrados hacia 2014 a unos 16 millones en 2017, por lo que la capa de hielo perdida por la Antártida equivaldría a la superficie de Mongolia.
Los modelos climáticos predicen que la capa de hielo seguirá disminuyendo según aumenta la emisión de gases de efecto invernadero (causantes de la emergencia climática) y la Antártida perderá un tercio de su superficie helada total a finales de este siglo.