Luego que la princesa Haya pidiera protección para ella y sus hijos en una corte de Londres, las "princesas rebeldes" de los Emiratos Árabes Unidos volvieron a las primeras planas de todo el mundo
Londres (El Universal).- En los últimos años, dos jóvenes princesas trataron de escapar de las garras de su padre, el todopoderoso emir de Dubái Mohammed bin Rachid al-Maktum, en dolorosos episodios de película, que finalmente fracasaron.
Ahora, su sexta esposa, la princesa Haya, que se fugó a Londres, pide protección para su hija ante la justicia británica.
En ese estratégico país del Golfo, los Emiratos Árabes Unidos, estos casos de "princesas rebeldes" saltaron a las primeras planas e irritaron en las altas esferas de Dubái, país ultraprotector con los asuntos de la familia real.
Esta ciudad Estado controla cuidadosamente en el extranjero su imagen de gran centro financiero internacional y paraíso de lujo para los turistas, con sus gigantescos centros comerciales y sofisticados rascacielos.
Pero este verano, la princesa Haya, 45 años y sexta esposa del soberano emiratí desde su boda en 2004, causó sensación al huir de su esposo de 70 años. En Londres presentó una demanda inédita contra su esposo, al pedir el martes ante un juez de asuntos familiares de la Alta corte de justicia de Londres protección contra una boda forzada que podría involucrar a su hija.
También pidió una medida de protección contra actos brutales y pidió la guarda de sus hijos. El jeque Mohamed bin Rachid al-Maktum reclama, por su lado, el retorno de sus hijos a los Emiratos. La audiencia ante la Alta Corte de Londres terminó el miércoles y el juez convocó a las partes para el próximo encuentro el 11 de noviembre.
Nacida y criada en Jordania, Haya fue educada en escuelas privadas de la élite británica y es diplomada de Oxford.
Se presenta como la encarnación de la mujer musulmana moderna.
"Las mujeres deben tomar conciencia de su fuerza", dijo en 2016 a una revista femenina emiratí.
"El soberano de Dubái escribe poesía sobre su corazón roto por la fuga de su mujer la princesa Haya, pero dado el maltrato que da a sus hijas detenidas, parece no tolerar a las mujeres salvo cuando están confinadas en su cárcel dorada", dijo a inicios de julio en Twitter el director de Human Rights Watch (HRW), Ken Roth, refiriéndose a las princesas Latifa y Shamsa, hijas del emir.
Las princesas trataron de huir, pero tuvieron menos suerte.
En marzo de 2018, Latifa al-Maktum, 32 años, anunció en un video difundido en Youtube su deseo de huir de su país.
Al bordo de las lágrimas, dijo que fue "torturada", y "encarcelada durante tres años" por su padre luego de una primera tentativa de fuga cuando solo era una adolescente en 2002, y criticó a "un padre que sólo piensa en su imagen" y "destruye la vida de tantas personas". "Hago este video en caso de que esto fracase", decía. El video fue publicado pues la tentativa, digna de una película de acción, iniciada el 24 de febrero de 2018, fracasó de manera espectacular.
Con ayuda de una amiga finlandesa, la princesa logró salir de la ciudad Estado para embarcar discretamente en aguas de Omán, sultanato vecino, en un velero estadounidense, pero su intento fracasó en la noche del 4 al 5 de marzo, en aguas internacionales frente a Goa cuando el buque fue abordado por la Marina india, según la finlandesa Tiina Jauhiainen.
El gobierno de Dubái confirmó después que la princesa fue "traída de vuelta" ante su familia y que estaba "bien". La organización con sede en el Reino Unido "Detenidos en Dubái", dijo a la AFP que la "situación de las princesas Haya y Latifa muestran faltas graves y abusos legalizados del sistema judicial de los Emiratos, en particular en lo que respecta los derechos de las mujeres".
En el video de marzo de 2018, Latifa dijo estar marcada por el destino de su hermana mayor, la princesa Shamsa, hija del emir de Dubái. A los 18 años Shamsa trató de huir de su padre en 2000 cuando estaba de vacaciones en Inglaterra, pero fue encontrada después de dos meses de fuga, "drogada", llevada a Dubái en jet privado y "encerrada".
"No tiene ninguna libertad (...), está rodeada por enfermeras y debe tomar medicamentos que controlan sus pensamiento", había afirmado Latifa en el video.