RIO DE JANEIRO, Brasil, 10 de agosto (AP/AFP/EFE).- Cientos de mujeres de distintos pueblos indígenas confluyen el sábado en una marcha en la capital del país para protestar contra el gobierno de Jair Bolsonaro, una administración que, consideran, pone en riesgo la supervivencia de los pueblos originarios.
“Es un momento de gritar socorro”, dijo a The Associated Press Tamikua Faustino, miembro de la tribu Pataxó, un pueblo con aldeas en los estados de Río de Janeiro, Bahía y Minas Gerais.
La marcha que comenzó el sábado se extenderá por cuatro días y forma parte de un conjunto de actividades que buscan dar visibilidad a los reclamos indígenas y fortalecer los liderazgos de mujeres.
Es la primera vez que solamente mujeres protagonizan el evento, de tono contestatario contra el gobierno del ultraderechista Bolsonaro.
Los indígenas han permanecido en alerta desde la asunción de Bolsonaro, quien con una retórica agresiva ya había prometido cuando era candidato a presidente que no destinaría “ni un centímetro más” de tierra a reservas indígenas.
Apenas asumió el gobierno, Bolsonaro transfirió por decreto la responsabilidad de delimitar las tierras del Ministerio de Justicia al de Agricultura, una medida que activistas interpretaron como una luz verde para el agronegocio y la explotación minera que afecta la protección de los pueblos originarios. Además, trasladó la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), una agencia específica que defiende los derechos de los indios, al Ministerio de la Familia, Mujer y Derechos Humanos, comandada por una pastora evangélica conservadora.
Un reciente fallo de la Corte Suprema forzó a Bolsonaro a dar marcha atrás con su plan de transferencia del organismo y la potestad de demarcar tierras regresó a la FUNAI. Sin embargo, las comunidades originarias tienen otros motivos para sentirse amenazados.
Un factor que alimenta la animosidad con el gobierno es el sensible aumento de la deforestación en Brasil.
En julio, la Amazonia perdió 2.254 kilómetros de vegetación, entre unas tres y cinco veces la superficie perdida en ese mismo mes en los últimos cuatro años, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales. Especialistas atribuyen una buena parte del incremento a la tala desmedida y a la invasión de tierras, que muchas veces ocurren en zonas protegidas y reservas indígenas.
“La deforestación está siendo un verdadero asesinato. Si no nos mantenemos unidos, en un futuro próximo seremos exterminados”, advirtió Tamikua.
Bolsonaro y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, han cuestionado la realidad del cambio climático y se han mostrado favorables a incrementar la actividad minera y agraria en zonas protegidas, al considerar que las leyes ambientales vigentes entorpecen el desarrollo económico del país.
Las representantes indígenas, que llegaron con atuendos tradicionales y los rostros pintados, buscarán ser recibidas por integrantes del primer escalón del gobierno en los próximos días.
Dos indígenas muertos
Dos indígenas murieron y cinco quedaron heridos en el suroeste de Colombia por enfrentamientos entre miembros de su comunidad y disidencias de la exguerrilla FARC que no se acogieron al histórico pacto de paz suscrito en 2016, informó este sábado la Defensoría del Pueblo.
“Hay dos indígenas muertos y cinco heridos, entre ellos un niño de nueve años que ha sido trasladado al (hospital) Valle del Lili”, declaró el defensor del pueblo (ombudsman), Carlos Negret, en un audio enviado a la prensa.
“Lo más grave de todo es que es un enfrentamiento entre las disidencias de las FARC y la guardia indígena”, agregó.
El ataque “con arma de fuego” se produjo en una vía del municipio de Caloto, en el convulso departamento del Cauca, cuando una caravana de guardias indígenas iba a atender una alerta de la comunidad por la instalación de artefactos explosivos en áreas pobladas, indicó la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin) en un comunicado.
Las personas que se acercaron a hacer “el barrido tras el asesinato” fueron “recibidas a disparos”, agregó el texto.
El presidente Iván Duque responsabilizó del hecho a “grupos armados organizados” dedicados al “narcotráfico”, sin dar más detalles.
La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos expresó en un comunicado su “honda preocupación por los repetidos ataques en contra del pueblo indígena Nasa del Cauca que se ha incrementado en 2019”.