ROMA, Italia, 15 de agosto (EFE/ACI).- El Papa Francisco pidió hoy en el Vaticano por la paz en Oriente Medio y en el resto del mundo, y bendijo 6,000 rosarios que serán entregados a comunidades católicas en Siria, como gesto de su cercanía “especialmente con las familias que han perdido a alguien en la guerra”.
Francisco realizó estas reflexiones después del rezo del Angelus, desde la ventana del palacio apostólico del Vaticano y con motivo de la festividad católica de la Asunción.
“Les pido que acompañen con la oración el gesto que voy a hacer: bendeciré gran cantidad de rosarios para los hermanos de Siria. Alrededor de seis mil coronas del Rosario, iniciativa de la Asociación ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’”, dijo.
“Hoy, en esta gran fiesta de María, los bendigo y luego serán distribuidos a las comunidades católicas en Siria como un signo de mi cercanía, especialmente con las familias que han perdido a alguien en la guerra. ¡La oración hecha con fe es poderosa!. Recemos el Rosario por la paz en Oriente Medio y en todo el mundo”, añadió.
La guerra en Siria comenzó en 2011 con una revuelta popular contra el Gobierno de Bachar al Asad y desde entonces han muerto más de 371,000 personas.
Polonia y la Santa Sede
Además, Francisco dirigió un mensaje a los fieles reunidos en el Santuario Mariano de Czestochowa (Polonia) en donde numerosos peregrinos festejan este 15 de agosto a la Virgen de la Asunción, así como también para recordar el 100º aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Polonia.
“Envío mi saludo a quienes están reunidos bajo los pies de la ‘Virgen Negra’ y los exhorto a rezar por toda la Iglesia”, dijo el Papa quien deseó también a todos los presentes una feliz fiesta de la Asunción y, concluyó con su habitual petición: “No se olviden de rezar por mi. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!”.
Asunción de la
Virgen María
El Papa Francisco explicó que “Dios es alegría, no sufrimiento”. Así lo dijo antes de rezar la oración del Angelus de este 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María a los cielos, fiesta en el Vaticano y en muchos países del mundo.
“Sí, porque Dios es alegría, no aburrimiento. Dejémonos llevar por la mano de la Virgen. Cada vez que tomamos el Rosario en la mano y rezamos por él, damos un paso hacia la gran meta de la vida”, alentó el Santo Padre.
Como es tradición cada 15 de agosto, el Santo Padre dirige el rezo del Angelus en esta importante fiesta mariana para la Iglesia Universal.
En primer lugar, el Papa reflexionó en la narración bíblica del Evangelio de San Lucas de hoy, “Solemnidad de la Asunción de María Santísima, la Virgen Santa” en la que la Madre de Jesucristo reza diciendo: “mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador” por lo que el Papa invitó a meditar dos verbos de la oración conocida como “El Magnificat” que son “engrandecer y exultar”.
“Se exulta cuando sucede algo tan lindo que no basta alegrarse por dentro, en el alma, sino que se quiere expresar la felicidad con todo el cuerpo: entonces se exulta. María exulta por Dios”, explicó el Papa.
“En la vida es importante buscar cosas grandes, de lo contrario, nos perdemos en tantas pequeñeces. María nos demuestra que si queremos que nuestra vida sea feliz, en el primer lugar se coloca a Dios, porque Él solo es grande. Cuántas veces, en cambio, vivimos persiguiendo cosas de poca importancia: prejuicios, rencor, rivalidad, envidia, bienes materiales superfluos… ¡Cuántas mezquindades en la vida!”, advirtió Francisco.
Por ello, el Santo Padre aseguró que “hoy María nos invita a mirar las ‘grandes cosas’ que el Señor ha logrado en ella”. Y estas son las ‘cosas grandes’ que la Iglesia Universal festeja hoy: “María fue asunta en el cielo, pequeña y humilde, recibe en primer lugar la gloria más alta”.