Por Marina Menéndez
Fotos: Lisbet Goenaga
(Especial para Por Esto!)
LA HABANA, Cuba.- El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció este viernes la aplicación por Estados Unidos de medidas “específicas, no convencionales, que implican un cambio cualitativo, una mayor agresividad y una aún mayor extraterritorialidad para impedir el abastecimiento de combustible a Cuba” desde diversos mercados en Sudamérica, en Europa y en África Norte.
La revelación fue formulada por el ministro cubano del Exterior durante la presentación a la prensa del informe sobre los daños del bloqueo de EE.UU. a Cuba, que se debatirá por 28ª ocasión en la Asamblea General de la ONU los días 6 y 7 de noviembre, y en medio de un contexto nacional marcado por restricciones de actividades económicas como resultado de la menor entrada de tanqueros al país durante este mes, en virtud de las presiones yanquis.
Rodríguez denunció que Washington usa la amenaza directa, la persecución a esas compañías de transporte de combustible, además de las presiones contra Gobiernos de registro y bandera de esos buques, así como medidas contra las propias navieras y empresas de seguros, para castigar a Cuba.
“Se trata de una escalada que persigue efectos disuasivos e intimidatorios, destinados a crear dificultades adicionales a la población cubana, y a dañar a cada familia y persona”, afirmó.
El Canciller también denunció que el bloqueo a los suministros de combustibles constituye una violación inédita del Derecho Internacional, de las reglas de convivencia de la comunidad mundial y, a diferencia del pasado, ahora se anuncian, se proclaman, y Washington se ufana de los efectos que provocan.
Rodríguez pidió a la comunidad internacional, a la comunidad diplomática acreditada ante la ONU, y al pueblo de EE. UU., repudiar esas acciones, que calificó como “gruesas violaciones” de la Convención sobre Relaciones Diplomáticas e identificó, además, como acciones agresivas, políticamente motivadas, destinadas a dañar las relaciones con Cuba, y con un fuerte componente electoral.
Al asedio contra la llegada de combustible se suma el incremento sostenido de otras medidas que obstaculizan el comercio exterior, y el aumento de la persecución de las relaciones bancarias y financieras de La Habana con otros países.
Más recientemente se añade la expulsión por el Gobierno de EE.UU. de dos miembros de la Misión diplomática de Cuba ante la ONU, decisión publicada en la red social Twitter antes de ser notificada oficialmente a las autoridades cubanas pertinentes, junto a la restricción adicional de movimiento que se aplica a los diplomáticos cubanos y sus familiares en Nueva York.
Ello, dijo Rodríguez, “concita el absoluto y enérgico rechazo de nuestro pueblo, la Cancillería y el Gobierno”.
El objetivo, denunció, es escalar las tensiones bilaterales, provocar el cierre de las embajadas y la ruptura de las relaciones diplomáticas. Dichas medidas son obra de un grupo anticubano y reaccionario que se ha adueñado de la política estadounidense contra Cuba y América Latina, y están relacionadas con intereses electorales.
“Cuba dará respuesta apropiada y oportuna a estas acciones del Gobierno de los Estados Unidos”, advirtió.
El costo del bloqueo
Sin contar esas medidas de reciente aplicación, los daños a la economía cubana acumulados por la aplicación del bloqueo en estos 60 años, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, ascienden a 922 mil 630 millones de dólares, mientras que a precios corrientes, totalizan 138 mil 843 millones de dólares.
Solo desde abril de 2018 hasta marzo del presente año, el bloqueo causó pérdidas a Cuba en el orden de los 4 mil 343,6 millones de dólares, establece el informe de la Isla que servirá de base al proyecto de resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, propuesta por La Habana y que se debatirá en la Asamblea General de la ONU los próximos días 6 y 7 de noviembre.
Con los ingresos dejados de percibir por bienes y servicios, y los costos asociados por concepto de reubicación geográfica del comercio que impone a Cuba tener altos inventarios, el Producto Interno Bruto del país habría crecido a precios corrientes, en el último decenio, alrededor de un 10 por ciento como tasa promedio anual, señala el texto.
Sin embargo, recordó Rodríguez Parrilla, no es posible medir el impacto del cerco contra Cuba en el ámbito de los daños humanos.
El bloqueo continúa siendo la causa fundamental de las dificultades de la economía cubana, y de las carencias y limitaciones que sufre el pueblo, así como el principal obstáculo al desarrollo del país, reiteró.
Año tras año, la inmensa mayoría de la comunidad internacional se ha pronunciado en la ONU contra esa práctica genocida, que pretende rendir a Cuba y su Revolución por necesidades.