PARIS, Francia, 26 de septiembre (AFP/PL/EFE/Reuters).- Francia estará el lunes de duelo nacional en homenaje al expresidente Jacques Chirac, quien falleció hoy a los 86 años de edad.
Según el gobierno francés, ese día tendrá lugar un servicio solemne en la iglesia de Saint-Sulpice de París, mientras el Palacio del Elíseo abrió excepcionalmente sus puertas esta noche y hasta el domingo para que los franceses expresen sus condolencias.
Cientos de personas comenzaron a las 21:00, hora local, a llegar al Elíseo para recordar al estadista que dedicó más de 40 años a la política y gobernó el país de 1995 a 2007.
En un mensaje a la nación, el presidente Emmanuel Macron reconoció el legado de fraternidad y tolerancia de Chirac y destacó su rechazo a la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 y sus gestiones para poner fin en los años 90 del pasado siglo a la guerra (agresión) en Yugoslavia.
“Veló por la unidad y la cohesión” y protegió a Francia “contra los extremos y el odio”, dijo Macron en un discurso televisado.
Fue un gran francés, orgulloso de nuestra tierra e historia, defensor de una Europa de hombres y no de mercados, comprometido con la naturaleza, respetuoso de las diferencias y promotor del diálogo entre culturas, sin que ninguna fuese más importante que otra, dijo.
Macron alabó que Chirac fue en 1995 el primer presidente francés que reconoció la responsabilidad del Estado francés en la deportación y el exterminio de judíos en la II Guerra Mundial.
“Ocupó las más altas funciones del país sin olvidar sus raíces”, recalcó el presidente en recuerdo de una larga trayectoria de más de 40 años, en la que fue secretario de Estado, ministro, alcalde de París, primer ministro y finalmente presidente, durante dos mandatos.
Macron consideró que “los más humildes y frágiles fueron su gran causa” y estimó que Chirac, que en su opinión reconcilió la “sencillez con la grandeza, el amor por la patria con la apertura hacia lo universal”, trabajó en favor de “una Europa más fuerte y protectora”.
“Esta noche se le llora no solo en nuestro país, sino también en Europa y en el bello continente africano, que él tanto amaba”, concluyó el jefe del Estado, quien luego visitó a los familiares y dialogó con ellos durante unos 40 minutos.
Político prodigio
La energía frenética de su sucesor Nicolas Sarkozy provocó mucha nostalgia entre los franceses por los 12 años de presidencia de Chirac y ese ritmo más lento que estableció para la vida pública.
Chirac a menudo era recordado por su gusto por la cerveza mexicana Corona, su mal inglés y una actitud distante, aunque también por ser una persona muy enigmática que disfrutaba del arte asiático y de la poesía japonesa, aunque siempre prefería restar importancia a su faceta intelectual.
Pero quizás el aspecto que más lo marcó fueron los constantes cambios en sus opiniones políticas, que le valieron apodos como “camaleón Bonaparte” y “la veleta”.
También fue apodado Houdini por su habilidad para salir de situaciones difíciles, como cuando sobrevivió a un procesamiento por uso indebido de fondos públicos en diciembre de 2012, que lo convirtió en el primer jefe de Estado en ser condenado desde el colaborador nazi Philippe Pétain en 1945.
Siguiendo los pasos de De Gaulle, Chirac dedicó gran parte de su mandato a defender el estatus de Francia como una gran nación en el escenario mundial, una reputación que reforzó cuando amenazó con utilizar su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU contra una resolución que autorizaba la fuerza militar para buscar armas de destrucción masiva en Irak en 2003.
Tres días después, Estados Unidos y Reino Unido invadieron Irak sin la aprobación de la ONU y nunca se encontraron las armas de destrucción masiva.
Después de retirarse de la vida pública, Chirac atrajo multitudes de periodistas y admiradores en una de sus últimas apariciones: una visita a la Feria Agrícola anual de 2011 en París.
Debido a sus problemas neurológicos, rara vez se lo vio en actividades públicas al final de su vida.