Internacional

Una vergonzoza política que está cambiando

“Antes se hacía con regularidad y funcionaba: Occidente (o más claro, Estados Unidos) identificaba a un país como enemigo, desataba su intensa y muy profesional propaganda contra éste, y luego disponía y llevaba a cabo una serie de “sanciones”, por medio de las cuales mataba de hambre y asesinaba a niños, ancianos y otros grupos vulnerables del país víctima. Si éste no colapsara con esta presión en meses o en un par de años, comenzaría contra su población el bombardeo. La nación, brutalmente sacudida, dolorida y desorganizada, se derrumbaba como un castillo de naipes, en seguida que tocaran su suelo las primeras botas de la OTAN (vale decir, estadounidenses)”.

Así describe el periodista estadounidense Andre Vltchek el mecanismo de acción de la política de “cambio de régimen” que ha practicado Washington una y otra vez, desde Yugoslavia hasta Irak.

Pero de repente, algo significativo ha sucedido. Este horrible caos se detuvo; ha sido disuadido.

Estados Unidos continúa utilizando las mismas tácticas: trata de aterrorizar a los países independientes, de asustar a los pueblos para que se sometan a sus designios, de derrocar a los gobiernos que define como “regímenes”, pero está notando que su poder destructivo, de repente se ha vuelto ineficaz.

Ataca, y la nación atacada tiembla, grita, derrama sangre, pero sigue de pie, se mantiene orgullosamente resistiendo erguida. El imperialismo aún no ha sido derrotado, pero está perdiendo su control global sobre el poder y ello indica a los pueblos que luchan que andan por el camino correcto, que su táctica no es desacertada.

“Washington puede gastar billones en construir bombas nucleares, misiles inteligentes y aviones de guerra estratégicos, pero es demasiado cobarde, demasiado consentido, para arriesgar la vida de sus soldados. Asesina remotamente, o mediante mercenarios regionales, pero está horrorizado por el hecho de que ahora hay dos superpotencias -China y Rusia- que no están dispuestos a abandonar a sus aliados”.

Advertidos de ello, Washington y Londres hacen todo lo que pueden para difamar a Rusia e intimidar a China. Aplican cualquier estrategia que pueda debilitar a estos dos grandes y poderosos países.

Rusia es atacada cotidianamente por la propaganda de EEUU que la presenta como el villano en toda circunstancia imaginable.

China ha sido provocada demencialmente en todos los frentes imaginables -desde Taiwán, Hong Kong, Tibet y la llamada “Cuestion Uyghur”, así como en temas comerciales.

Sin embargo, advierte Vltchek, Rusia y China no parecen amedrentarse ni desmoronarse, ni se rinden. “No abandonan a sus amigos de los países en desarrollo y, por el contrario, están construyendo grandes rutas de ferrocarriles en Africa y Asia, educan a la gente de casi todos los países pobres y desesperados, y apoyan a aquellos que están siendo aterrorizados tanto por EEUU como por Europa.

Para Andre Vltchek todos los países del mundo están ahora claramente conscientes de lo que les ocurriría si se rindieran y fueran “liberados” por el imperialismo occidental. Irak, Honduras, Indonesia, Libia y Afganistán son los más educativos ejemplos.

Sometiéndose a Occidente, estos países sólo pueden esperar la miseria, el colapso absoluto y la extracción despiadada de sus recursos.

Afganistán, el país más pobre de Asia, se ha derrumbado totalmente bajo la ocupación de la OTAN.

El sufrimiento y el dolor del pueblo afgano, como las desgracias de los iraquíes son muy conocidos hoy por los ciudadanos de Irán y Venezuela -subraya Vltchek. “No se rinden porque, por muy dura que sea su vida bajo las sanciones imperialistas y el terror administrado por Occidente, están conscientes de que las cosas podrían ser mucho peores, si sus respectivos países fueran ocupados y gobernados por Washington y Londres”.

Y todo el mundo conoce la suerte de las personas que viven en Palestina o en los Altos del Golán, lugares invadidos por Israel, el aliado más cercano de Occidente en el Oriente Medio.

Por supuesto -explica Vltchek- otras muchas son las razones por las que Washington no puede lograr que ninguno de sus adversarios se arrodille. Una es el ejemplo de los que no van a huir del campo de batalla, como Rusia, Cuba, China, Corea del Norte (RPDC), Irán, Siria y Venezuela, consideradas las naciones más decididas de la Tierra, que ya han perdido miles, millones, incluso decenas de millones de sus pobladores en la lucha contra el imperialismo y el colonialismo occidentales.

Por primera vez, el imperialismo estadounidense no sólo está siendo derrotado, sino que está siendo expuesto y humillado. No debemos celebrarlo todavía, debemos entender qué es lo que está sucediendo y porqué. Y luego seguir luchando, concluye Vltchek.

(http://manuelyepe.wordpress.com)

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