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SAN SALVADOR, 9 de febrero (AP).- Los constantes choques entre el presidente salvadoreño Nayib Bukele y la bancada opositora de la Asamblea Legislativa parecen haber alcanzado un punto crítico luego de que los diputados se negaran a discutir un millonario préstamo para combatir la delincuencia y el mandatario amenazara con la insurrección del pueblo para restablecer el orden constitucional.

Amparándose en la Constitución, el Consejo de Ministros del gobierno de Bukele convocó a la Asamblea Legislativa a una reunión extraordinaria para analizar la aprobación del préstamo, pero los diputados rechazaron el llamado, declarándolo improcedente.

En respuesta Bukele invocó el artículo 87 de la carta magna que reconoce el derecho del pueblo a la insurrección, “para el solo objeto de restablecer el orden constitucional”, y convocó a la población a reunirse el domingo en la tarde frente al palacio legislativo.

La tensión se incrementó el sábado por la noche luego de que unos pocos diputados atendieran la convocatoria realizada por el presidente del parlamento, Mario Ponce, a una sesión extraordinaria, para tratar de aprobar el préstamo de 109 millones de dólares que Bukele considera urgente para implementar la tercera fase de su plan de seguridad.

El dinero se usaría para la compra de helicópteros, patrullas, uniformes, equipos de visión nocturna para los policías y un buque para búsqueda y rescate, al igual que un moderno sistema de videovigilancia.

El gobierno movilizó a la policía y a los militares, y desde el sábado acordonó la zona donde se ubica el palacio legislativo. Los diputados opositores han denunciado acoso cerca de sus hogares.

En pronunciamientos separados, la Fuerza Armada de El Salvador y la Policía Nacional Civil reiteraron su lealtad a Bukele.