WASHINGTON, Estados Unidos, 22 de marzo (AFP).- La insistencia del presidente Donald Trump en hablar de un “virus chino” tiene un oscuro precedente histórico para algunos asiático-estadounidenses, quienes dicen que la elección de esas palabras alimenta a veces un racismo latente.
Hablando diariamente sobre la pandemia, Trump ha llamado incesantemente al COVID-19 el “virus chino”. Durante una rueda de prensa incluso un fotógrafo captó sus notas en donde tachó términos clínicos preferidos por los profesionales de la salud.
Los defensores de los asiático-estadounidenses dicen que ese lenguaje juega con los antiguos estereotipos hacia la comunidad como perpetuamente extranjeros y sucios, y señala, erróneamente, que las personas de una etnia son responsables de propagar enfermedades.
Si bien los incidentes en Estados Unidos parecen ser menores que en Europa, la policía de Nueva York dijo que un hombre persiguió y golpeó el mes pasado a una mujer asiática que llevaba una máscara protectora en el metro, llamándola “enferma”.
El jueves, grupos de derechos civiles lanzaron un sitio para que los estadounidenses de origen asiático reporten crímenes sesgados relacionados con la pandemia para ver qué tan extendido se ha vuelto el problema.
La página web recibió 36 alegatos en sus primeras 24 horas, dijo Manjusha Kulkarni, directora ejecutiva del Asian Pacific Policy and Planning Council.
Destacó un incidente en el que un estudiante de una escuela secundaria en el área de Los Ángeles golpeó a un compañero de clase asiático-americano en la cabeza unas 20 veces, acusándolo de portar el coronavirus y diciéndole que “volviera” a China.
Kulkarni asegura que la violencia es parte de una historia más amplia en Estados Unidos que se remonta al “peligro amarillo”, cuando las sospechas sobre los asiáticos llevaron a Estados Unidos a prohibir toda la inmigración china en 1882. “Definitivamente creo que empeorará, en parte debido al esfuerzo implacable del presidente para convertir el odio en un arma contra las comunidades”, dijo Kulkarni.
“Se comporta como un pequeño matón. Pero eso viene con un tremendo poder.
La gente lo escucha”, dijo.