EL ZONTE, El Salvador, 24 de marzo (AFP).- Playas desiertas, hoteles de montaña vacíos, comercios cerrados: el nuevo coronavirus golpeó duramente el turismo centroamericano en plena temporada alta, hundiendo a empresas del sector en la incertidumbre de no saber si podrán seguir operando cuando pase la pandemia.
La situación provocada por la COVID-19 es potencialmente devastadora para el istmo, cuyos ingresos dependen en gran parte del turismo, y los gobiernos estudian medidas para atenuar el golpe.