SAO PAULO, Brasil, 20 de abril (AFP/EFE).- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este lunes que espera que las medidas de aislamiento decididas por varios gobernadores para evitar la propagación de la covid-19 sean levantadas esta semana, pese a que la pandemia, según el ministerio de Salud, se encamina hacia su auge en el país.
“Espero que esta sea la última semana de esa cuarentena, de esa manera de combatir el virus, con todo el mundo en su casa. La masa no tiene cómo permanecer en su casa, con la nevera vacía”, dijo el mandatario de ultraderecha ante sus seguidores al salir de su residencia oficial en Brasilia.
Bolsonaro, que desde el inicio de la pandemia tendió a minimizar su importancia y afirma que las medidas de contención no pueden frenar la actividad económica, reemplazó la semana pasada a su ministro de Salud, que era favorable a las medidas de aislamiento vigentes ya en los principales estados del país, como Sao Paulo y Rio de Janeiro.
“Esas medidas restrictivas son en algunos estados excesivas, no alcanzaron su objetivo. Aproximadamente 70% de la población se va a contagiar, no tiene sentido querer huir de eso”, dijo Bolsonaro el lunes.
Brasil registró en las últimas 24 horas 113 nuevos decesos por el COVID-19, hasta alcanzar los 2,575 fallecimientos, mientras los casos confirmados ya llegan a 40,581, informó este lunes el Ministerio de Salud.
El nuevo número de muertes causadas por el coronavirus supone una escalada de un 4.58 % en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Salud informó en un primer momento que el número de fallecidos en el último día era de 383, lo que hubiera supuesto un nueva máxima, pero minutos más tarde corrigió la estadística.
Las proyecciones oficiales estiman además que la curva ascendente de contagios llegará a su tope entre mayo y junio.
El domingo, Bolsonaro arengó frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia a manifestantes que pedían una “intervención militar ya, con Bolsonaro”, así como el cierre del Congreso y de la corte suprema.
“Estoy aquí porque creo en ustedes y ustedes están aquí porque creen en Brasil”, dijo el excapitán del Ejército ante la muchedumbre de varios centenares de personas.
Su participación en ese acto provocó reacciones de todas las esferas políticas y judiciales, aunque el jefe de Estado afirmó este lunes que “respeta” los poderes judicial y legislativo. “Pero tengo mi opinión. No puede ser que cualquier cosa que yo diga se interprete como una agresión, como una ofensa”, adujo.
“Aquí no hay que cerrar nada, aquí hay democracia, con [Tribunal] Supremo abierto, con Congreso abierto”, dijo.