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LA PAZ, Bolivia, 12 de mayo (AFP) - La temible covid-19, que ha paralizado buena parte del mundo, se topó en Bolivia con una marcada división política que eleva las tensiones en el país en medio de la emergencia sanitaria, advierten analistas.

“Es indudable que se han articulado las dimensiones sanitaria y política. Lo estamos viendo a todo nivel”, declara a la AFP el analista político Carlos Borth.

Desde que hace dos meses se conoció el primer caso de coronavirus en Bolivia comenzó un tira y afloja entre el Ministerio de Salud, que buscaba liderar el combate a la pandemia, y los servicios departamentales de salud, más próximos al partido izquierdista del expresidente Evo Morales (2006-2019), que defendían su autonomía.

Los desencuentros fueron creciendo hasta generar destituciones de personal jerárquico e incluso el alejamiento del propio ministro de Salud.

Lo mismo aconteció con algunos gobernadores y alcaldes, que eludían la coordinación entre ellos o con el gobierno central, dirigido por la mandataria interina derechista Jeanine Áñez.

En el caso más reciente, el gobernador de La Paz (quien fue ministro del primer gobierno de Morales) decidió flexibilizar unilateralmente la cuarentena, mientras los alcaldes de las ciudades de La Paz y El Alto aprobaban la continuidad del confinamiento por el elevado riesgo de contagio.

Mermada la figura presidencial

El gobierno transitorio, que cumple seis meses en el poder, ha visto empañada su imagen por diferentes motivos.

Hay denuncias sobre uso indebido de recursos públicos, como el traslado aéreo de personas, en plena cuarentena, para la fiesta de cumpleaños de la hija de la presidenta Áñez.

A esto se suman contradicciones al interior del gobierno en el manejo de la pandemia, presuntas irregularidades, así como improvisadas designaciones de funcionarios y medidas que favorecen a sectores económicamente influyentes.

Cordero dice que el tenso escenario político se complica aún más por el hecho de que Áñez sea al mismo tiempo candidata presidencial, lo que predispone a sus colaboradores a alinearse con su estrategia electoral.