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Internacional

Por vez primera se cuestiona el 11/9 en EE. UU.

Manuel E. Yepe

A partir de los aún no aclarados acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 –cuyo esclarecimiento la gran prensa de ese país increíblemente ha dejado de reclamar hace mucho tiempo- se multiplicó en Estados Unidos el número de personas que en ese país han visto cercenados sus derechos civiles y políticos por motivos que nada tienen que ver con faltas reales sino con aspectos relacionados con su filiación política, el color de su piel, su procedencia social o su condición de inmigrantes. Es obvio que aquella acción terrorista que costó la vida de más de tres mil personas sólo benefició a los promotores del llamado Proyecto del Nuevo Siglo Americano necesitados de un pretexto parecido a los que Estados Unidos fabricó antes para todas sus guerras (Maine, Lusitania, Peral Harbor, Golfo de Tonkin y muchos más).

Pero la primera vez que un organismo oficial de Estados Unidos ha declarado “incuestionable” que la destrucción de las torres del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001 no fue sólo consecuencia de los impactos de aviones e incendios, sino que fueron derribados mediante explosivos, acaba de tener lugar.

El 24 de julio último los comisionados de bomberos de Franklin Square y el distrito de Munson, cerca de Queens, en Nueva York, adoptaron unánimemente una resolución que pide una nueva investigación sobre todos los aspectos del 11 de septiembre y citan “pruebas abrumadoras” de la presencia de explosivos en las torres antes del atentado.

La resolución concluye con un pedido de los comisionados del consejo de bomberos de distrito de una investigación completa por parte del gran jurado federal y el procesamiento de todos los crímenes relacionados con aquel hecho “¡tres mil personas asesinadas a sangre fría. Fue un asesinato en masa!, dijo en una entrevista el comisionado Christopher Gioia, quien ha dedicado tiempo a investigar el inexplicable derrumbe del Edificio 7 y descubrió que, a pesar de unos pocos incendios aislados, el edificio de 47 pisos fue destruido simétricamente en menos de siete segundos el 11 de septiembre.

La investigación oficial sobre el colapso fue realizada por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), una agencia del Departamento de Comercio de Estados Unidos, que concluyó que los incendios normales de oficinas fueron responsables del hundimiento de la estructura. Pero los hallazgos de investigadores independientes sobre el 11 de septiembre que trabajaban con la organización “Arquitectos e Ingenieros sobre la Verdad del 11 de septiembre (AE911Truth) obligaron al NIST a admitir que el edificio había estado en caída libre durante al menos un tercio de sus siete segundos de desplome. Esto es algo que sólo podría suceder si todas las columnas de soporte colapsaran casi simultáneamente. A pesar de aceptar esto último, el NIST mantiene su conclusión inicial.

Gioia se decidió a actuar cuando supo que el comité de abogados que investigan el 11 de septiembre había presentado una petición a Geoffrey Berman, Fiscal General del Distrito Sur de Nueva York, con pruebas que contradicen la versión oficial del 11 de septiembre.

Berman aceptó cumplir con la ley que le exige que designe un gran jurado especial para examinar las pruebas. Aunque es posible que aún no hayan respondido a su solicitud, el comité de abogados sigue presionando.

El progreso más significativo se logró el 3 de septiembre con la publicación del estudio sobre el Edificio 7 por parte de la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF). Durante cuatro años Leroy Hulsey, un destacado académico, y otros dos investigadores, han diseñado modelos informáticos basados en los planos originales del edificio para determinar si la explicación oficial de la destrucción del Edificio 7 es válida. La prueba resultó fallida.

El resumen del estudio afirma que los incendios no podrían haber causado un debilitamiento o desplazamiento de miembros estructurales capaces de comprometer cualquiera de las hipotéticas fallas locales que habrían causado el colapso total del edificio, ni las fallas locales, incluso si hubieran ocurrido, podrían haber desencadenado una serie de fallas que habrían causado el colapso total observado.

Hulsey y sus colegas concluyen que el colapso del WTC 7 se debió a “un fallo total que implicaba la caída casi simultánea de todas las columnas del edificio y no a un colapso que implicaba el fallo secuencial de las columnas en todo el edificio”.

En los próximos días el estudio de Hulsey será presentado en Fairbanks, Alaska y Berkeley, California. Es sólo la última iniciativa para difundir la verdad sobre el 11 de septiembre a una audiencia mucho más amplia y para obtener justicia para los que murieron ese día y en las guerras que siguieron, guerras que se desencadenaron con la excusa del 11 de septiembre. “Yo les diría a todos los que creen en este país que es hora de tomar una posición; no pueden dejar pasar esto”, dijo Gioia. “Porque si son capaces de matar a 3,000 personas, ¿qué no van a hacer ahora?”

http://manuelyepe.wordpress.com/

* Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO! como fuente

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