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LA HABANA, Cuba, 31 de mayo (Pelayo Terry Cuervo).- Las autoridades cubanas ya miran hacia la fase de recuperación del país. El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, en el más reciente chequeo de las medidas de enfrentamiento al COVID-19, lo dejó claro. Ya se prepara toda la estrategia de la etapa recuperativa, pero nada podrá ser aplicado hasta que exista un control exacto y estricto de la epidemia.

En las últimas semanas, expertos de varios lugares, incluidos especialistas del más alto nivel científico de la nación, han sido categóricos al afirmar que en la fase pospandemia habrá que tratar a la enfermedad como una endemia.

Y ante esa realidad, cada acción que se tome irá dirigida a no echar por tierra todo el esfuerzo realizado y, por ello, las alarmas están activas aún ante el crecimiento, durante la última semana, de la cantidad de casos diarios, debido a tres hechos ocurridos en centros laborales de La Habana, donde se detectaron varios focos de transmisión, lo que ha complicado el escenario en la capital del país.

Para el Mandatario, del miércoles pasado hacia acá, “en la misma medida en que hemos ido avanzando en la disminución de casos, las personas han ido ganando en confianza y están alterando los conceptos de aislamiento social que nos hemos planteado”.

Ello es una realidad palpable en las calles. Cientos de personas transitando, aun con ausencia total de transporte público, de un lado a otro y entre municipios; grandes aglomeraciones de ciudadanos en los comercios, aunque éstos no estén ofreciendo algo; niños y jóvenes en las calles sin la protección adecuada, ancianos recorriendo lugares y realizando visitas en lugar de estar protegidos en las casas. Cierto relajamiento ante una certeza aún no real. El virus SARS-CoV-2 sigue ahí.

Medidas como el distanciamiento físico, la desinfección constante de las manos, el rigor en el seguimiento de los síntomas, el pesquisaje y el autopesquisaje; así como el tratamiento a los sospechosos, los enfermos y sus contactos, son acciones que llegaron para quedarse incorporadas en la vida cotidiana, pues ello será lo único que evitará los rebrotes, pronosticados según modelos matemáticos, en el caso cubano, para el mes de noviembre próximo.

Ante el comportamiento de la enfermedad en el archipiélago y como parte de la etapa recuperativa por llegar, las autoridades ofrecieron un adelanto de cómo se enfrentaría la situación laboral de quienes hoy no pueden acudir a sus centros de trabajo.

En tal sentido, quedaron ratificadas decisiones referidas a la garantía salarial de los trabajadores del sector estatal y las obligaciones tributarias para los del no estatal, las cuales se mantienen durante junio y continuarán vigentes mientras la situación de la pandemia sea una amenaza.

Para los trabajadores del sector estatal, el Gobierno había aprobado que, en el primer mes de ser declarados interruptos, cobrarían el 100 % del salario y, a partir del segundo mes, el 60 %; este último pago quedó ratificado hasta que no varíen las condiciones actuales.

Las medidas de carácter tributario aplicadas en beneficio de los trabajadores por cuenta propia, igualmente estarán vigentes, y en las actividades suspendidas a éstos, ya sea por decisión de la autoridad competente o por su propia solicitud, también se exime del pago de todos los impuestos a los contribuyentes titulares de esas licencias.

Estas, entre muchas otras acciones, se irán poniendo en práctica llegado el momento en que se decida la vuelta paulatina a la normalidad, pero el comportamiento que ha venido manifestando el país durante las últimas jornadas, sobre todo en La Habana, considerada como epicentro de la pandemia en el archipiélago, es una señal de que cualquier descuido puede provocar un retroceso y alargar en el tiempo el inicio de la fase recuperativa.