A favor y en contra del Presidente
SAO PAULO, Brasil, 14 de junio (EFE).- Simpatizantes y detractores del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, protestaron por tercer domingo consecutivo en varias ciudades del país, en plena escalada de tensión entre los tres poderes y con la pandemia del coronavirus descontrolada.
Esta nueva jornada de manifestaciones llega en un momento en el que Brasil es el segundo país con más muertes (42,720) y contagios (850,514) por COVID-19 después de Estados Unidos, y con la mayoría de estados y municipios centrados en una arriesgada reapertura.
Los contrarios a Bolsonaro, reunidos en torno a movimientos sociales, antifascistas y antirracistas, marcharon en Sao Paulo contra la “política genocida” del mandatario durante la emergencia sanitaria y su retórica “autoritaria”.
Los seguidores del líder ultraderechista, quien sostiene que el COVID-19 es una “gripecita” y asegura tener de su lado al “pueblo” y las Fuerzas Armadas, volvieron a pedir en Brasilia el “cierre” del Parlamento y el Congreso, y una “intervención militar”.
Aunque las protestas están lejos de ser masivas como las de 2013 y 2014, sí elevan la polarización en este país de 210 millones de habitantes que lidia al mismo tiempo con una crisis sanitaria, otra política y una económica de efectos aún inconmensurables.
El bolsonarismo golpea la puerta de los cuarteles
Unos pocos centenares de simpatizantes del jefe de Estado se congregaron en la sede del Comando General del Ejército, en Brasilia, con pancartas como “SOS Fuerzas Armadas”, “Intervención militar con Bolsonaro en el poder” y “Nueva alianza anticomunista”.
El bolsonarismo decidió concentrarse frente al cuartel general del Ejército después de que el Gobierno de Brasilia cerrase la Explanada de los Ministerios con el objetivo de evitar aglomeraciones.