RÍO DE JANEIRO, Brasil, 20 de junio (AFP).- Brasil superó este viernes el millón de casos diagnosticados de covid-19, horas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara sobre una nueva “fase peligrosa” de la pandemia con el desconfinamiento de cada vez más países.
Tras un nuevo récord diario de más de 54,000 contagios, el país sudamericano de 210 millones de habitantes alcanzó los 1,032,913 contagios, según el Ministerio de Salud.
El segundo país más afectado por la epidemia, tanto en casos como en muertes, ha registrado 48,954 fallecidos.
La pandemia avanza especialmente en América Latina, obligando a algunos países a frenar sus ansias de retomar las actividades económicas tras la parálisis provocada por las medidas de confinamiento.
“El mundo entró en una fase nueva y peligrosa. Mucha gente está evidentemente cansada de quedarse en casa. Los países están deseosos de reabrir su sociedad y su economía”, advirtió el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Sus palabras quedaron reflejadas en lugares como Bogotá y otras ciudades de Colombia, donde decenas de miles de compradores salieron este viernes para aprovechar una jornada de descuentos promovida por el gobierno justo cuando aumentan los contagios y muertes por la pandemia.
En la capital, de cerca de ocho millones de habitantes y mayor foco de la enfermedad en Colombia, la alcaldesa Claudia López culpó al gobierno de Iván Duque de haber “echado al traste” los esfuerzos de casi tres meses para mantener a raya el virus tras su detección el 6 de marzo. El país superó este viernes los 2,000 muertos por COVID-19.
Las críticas por la gestión de la pandemia se multiplican a medida que crece el número de casos y de fallecidos.
En Chile, el gobierno negó este viernes haber aplicado la llamada “inmunidad de rebaño” avalando una política de contagio progresivo de la población al coronavirus, cuando se superó el umbral de las 4,000 muertes y Santiago es la cuarta ciudad con más casos confirmados en el mundo.
Y en Guatemala, el presidente Alejandro Giammattei destituyó al ministro de Salud, Hugo Monroy, duramente criticado por la estrategia sanitaria empleada para combatir la pandemia que suma casi 12,000 contagios y cerca de 500 muertos.