JERUSALÉN, Israel, 6 de junio (EFE).- Miles de personas se manifestaron hoy en la plaza Rabin de Tel Aviv contra el plan de anexión israelí de partes de Cisjordania ocupada, una protesta organizada por partidos de izquierda y grupos antiocupación que aglutinó a judíos y árabes.
Entre los congregados se vieron banderas palestinas e israelíes que se mezclaron con enseñas rojas, en lo que supuso un acto plural que buscó ser una demostración de fuerza contra las intenciones del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que pretende activar la anexión sobre el territorio palestino de Cisjordania a partir de julio.
“No a la ocupación, no a la anexión, sí a la democracia” fue el lema de la manifestación.
También se vieron pancartas con referencias a las protestas de Estados Unidos, al afroamericano asesinado George Floyd, o a Iyad Halak, un joven palestino con autismo al que la policía israelí mató la semana pasada en un polémico incidente en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
“Estamos en una encrucijada. Un camino conduce a una sociedad unida con una verdadera democracia, igualdad civil y nacional”, y el otro se dirige “al odio, la violencia, la anexión y el apartheid”, declaró Ayman Odeh, diputado de la Lista Unida árabe, tercera fuerza del Parlamento israelí.
Este realizó su discurso desde su domicilio, donde está en cuarentena como prevención, después de que otro parlamentario de su coalición diera positivo por coronavirus hace pocos días.
Otro que intervino a distancia fue el senador estadounidense Bernie Sanders, que transmitió un mensaje de solidaridad por vídeo a los congregados: “Como vosotros, creo que los futuros de israelíes y palestinos están entrelazados, y que todos vuestros hijos merecen vivir con seguridad, libertad e igualdad”.
“Para que esto sea posible, los planes para anexionar ilegalmente cualquier parte de Cisjordania deben detenerse”, expresó el político demócrata, que apeló a “hacer frente a los líderes autoritarios”.
Las medidas de prevención contra el contagio de la COVID-19 marcaron también el evento: la policía exigió llevar mascarillas y mantener el distanciamiento físico de dos metros, lo que extendió a los manifestantes a lo largo de esta amplia plaza del centro de Tel Aviv, una imagen que, tras varios meses de pandemia, es ya habitual.