Un nuevo caso de abuso policialocurrió en la madrugada del martes 9 de septiembre, en el barrio de Santa Cecilia, Bogotá. Se trata de Javier Ordóñez, un abogado de 43 años que fue sometido por policías quienes durante más de dos minutos lo mantuvieron doblegado con un táser.
El hombre suplicaba a los oficiales parar, apenas con la fuerza suficiente para decirles "me ahogo... por favor, ya no más, por favor, no" advertencia que los oficiales pasaron por alto.
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Poco después, fue trasladado al Comando de Acción Inmediata (CAI) de su país, donde presuntamente continuaron las agresiones, golpeándolo y acosándolo. Finalmente sus familiares lograron llevarlo a un centro de salud, pero perdió la vida apenas ingresó.
Los detalles del inicio del altercado se dieron a conocer más tarde por un amigo y testigo de Ordóñez, quien narró cómo un pequeño grupo de amigos se encontraban tomando licor en las calles, acción prohibida por el gobierno, cuando un escuadrón policial los atrapó.
Uno de los oficiales amenazó especialmente a Javier Ordóñez, diciéndole "esta vez no te vas a salvar", haciendo referencia a que ya lo había visto anteriormente bebiendo alcohol, pero no pudieron atraparlo. El abogado respondió a los oficiales que lo multaran. Ésa réplica la costó la vida, encendiendo la ira de los uniformados.
La escena brutal muestra al hombre en el piso, con el peso corporal de los uniformados encima. Ésto recuerda al caso de abuso policial de George Floyd, hombre que murió asfixiado bajo custodia policial en Minneapolis, cuando uno de los oficiales colocó todo su peso en el cuello del afroamericano, que de igual forma suplico que pararan antes de perder la vida.
El caso se dio a conocer gracias al vídeo difundido en redes sociales. "Hey, ya le dijo que por favor... lo estamos grabando, hace rato le dijo que por favor, y lo estamos grabando ¿por qué lo siguen agrediendo? ¡Déjenlo quieto, déjenlo ya tranquilo!" se escucha decir a los testigos.
Javier Ordoñez, padre de dos hijos, falleció bajo custodia de los policías de su país, y ahora todo Bogotá se muestra dolido y enfurecido. Las protestas no se han hecho esperar.
Comenzó con pacíficas manifestaciones coordinadas por sus familiares, quienes encabezaron un velatón frente al puesto policial donde el abogado fue retenido minutos antes de su muerte. Pero mientras más personas se enteraron de la injusticia, más violentas se tornaron las protestas.
Varios CAI de Bogotá fueron prendidos en fuego como señal de desapruebo por parte de la ciudadanía, sumado a 'cacerolazos' a lo largo de toda la localidad. Las protestas se desplazaron hasta Medellin, donde las personas también tomaron calles y arremetieron contra grupos policiales.
El coronel Alexander Amaya salió a dar la cara en nombre del equipo judicial. Su declaración fue:
“Se trata de disuadir a estas personas pero se vuelven agresivas contra la Policía. La Policía debe someterlas y algunas de estas personas son conducidas hasta el CAI. En estos momentos, una presenta molestias en su salud física y de inmediato es trasladada al centro médico más cercano. Lastimosamente llega sin signos vitales."
Esta declaración no fue consentida por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Mucho menos las acciones de los policías. Por lo que inmediatamente ofreció asesoría judicial a los familiares, prometiendo un castigo ejemplar para los responsables directos. “El abuso policial es inaceptable”, añadió.
También el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, mostró su postura en contra, señalando que “rechaza y condena cualquier acto de un miembro de la Policía que incurra en violaciones a la ley o desconocimiento de los reglamentos internos”. Asegurando que ambos agentes están bajo investigación penal y disciplinaria, siendo este caso prioritario para la fiscalía general.
Por Redacción Digital Por Esto!
MF