El ministro de salud ruso, Mihail Murashko, informó en las primeras horas del 15 de septiembre los avances en las pruebas de la vacuna Sputnik V: aunque todavía no se han administrado la totalidad de las pruebas a los voluntarios, alrededor del 14% han reportado efectos secundarios.
La Sputnik V, nombrada así como una referencia a la primer aeronave soviética que llegó al espacio exterior, causó revuelo cuando fue anunciada pues no siguió los protocolos internacionales que deberían de obedecer laboratorios privados y estatales en el desarrollo de vacunas.
Esta controversia siguió cuando el mismo presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que comenzarían las pruebas masivas y que los primeros voluntarios eran los trabajadores de la salud de su país.
Hasta el momento, de los 40 mil voluntarios registrados sólo se han inoculado a 300, de acuerdo a la agencia de noticias estatal TASS. De estos, dijo Murashko en entrevista para TASS, el 14% ha reportado efectos secundarios.
“Alrededor del 14% han reportado molestias menores como debilidad, fiebre ligera y dolores musculares en las primeras 24 horas de la aplicación de la vacuna; todos, efectos que se tenían previstos, eran esperables y desaparecían al siguiente día”, dijo para la agencia rusa.
Las pruebas incluyen un refuerzo de la vacuna, aplicado a los 21 días de la primera inoculación.
Apenas esta última semana comenzó la distribución masiva de Sputnik V a lo largo y ancho del territorio ruso, y se espera que, si la vacuna sigue con los resultados positivos que ha demostrado, comience a aplicarse a la población general en noviembre o diciembre de este año.
Sin embargo, un factor con el que no contaban las autoridades rusas es que, de acuerdo a lo reportado en una encuesta, casi la mitad de la población en Rusia no está dispuesta a recibir ninguna vacuna, no importa la efectividad de ésta.