Alain Cocq es un residente de Dijon, Francia, que las últimas semanas ha dado mucho de qué hablar debido a una estrategia que ha querido llevar a cabo para que las autoridades de su país se abran a la permisión de la eutanasia.
Cocq, de 57 años, tiene una enfermedad degenerativa incurable que ocasiona que las paredes de sus arterias se peguen, causando un desgaste y suplicio inimaginables.
Por ello, el francés pidió muy atentamente al presidente Emmanuel Macron, que le permita morir pacíficamente y con dignidad, haciéndole saber sobre su condición de dolor que calificó de "violento y extremo", a través de una carta dirigida al gobierno de Francia.
Aunque Emmanuel Macron dijo haberse conmovido con las palabras del ciudadano en agonía, respondió que no podía otorgarle el derecho a la eutanasia porque estaba fuera de lo permitido por la ley.
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La desalentadora respuesta llevó a Alain Cocq a tomar una decisión que pondría a su nación de cabeza.
Convencido de que morir con serenidad es un derecho para toda persona en condición de suplicio causado por enfermedades, se dispuso a forzar a su país a pensar mejor qué trato se le da a los pacientes terminales que se encuentran en gran dolor.
A partir del sábado pasado, Cocq dejó de comer, beber y medicarse, tomando el control de su propia muerte.
Abrió sus redes sociales y anunció que estaría transmitiendo en vivo, vía Facebook, cómo pasa sus últimos días, todo con la esperanza de que la crudeza de la realidad que él se ve forzado a vivir día con día abra los ojos de las autoridades.
Pero el francés definitivamente no contaba con que incluso Facebook le diera la espalda, bloqueando su cuenta y con ello todas sus transmisiones en vivo al menos hasta el día de hoy, 8 de septiembre, argumentando que no puede permitir representaciones de suicidio.
Ahora Alain Cocq hace un llamado a los ciudadanos de Francia para que se abran a apoyar la causa de la eutanasia, por él y por todos los demás seres humanos que sufren sin esperanza a la recuperación. Así como extiende su llamado al mundo entero para que hagan presión en Facebook y éste cambie de opinión sobre su censura.
"Ahora depende de ustedes" fueron las palabras con las que el ciudadano francés se despidió, habiendo dejado claro antes que pese a lo difícil de sus decisiones, está plenamente seguro de lo que hace y se siente tranquilo de irse.
La eutanasia en el mundo
Un antecedente se dio el año pasado, cuando el Tribunal Supremo francés concedió a Vincent Lambert, de 42 años, apagar las máquinas que lo mantuvieron vivo durante una década.
El hombre pasó una larga espera en estado vegetativo debido a un accidente automovilístico que desde 2008 le provocó daños cerebrales irreversibles y paraplejia.
En el caso de Lambert, así como en el de Cocq, hay fuertes posturas a favor y otras también de gran peso en contra, sobretodo provenientes de los conservadores.
Cabe resaltar que, pasando por alto la opinión de terceros e incluso las normas legales, todos los pacientes que piden eutanasia defienden su derecho a sentir alivio, incluso si la paz conlleva a la misma muerte.
Actualmente varios países y regiones permiten la eutanasia pasiva, activa e incluso el suicidio asistido.
La eutanasia activa consta de acciones que llevan directamente a que el paciente muera, como la ingesta de un medicamento en especial o desconectar los mecanismos que los mantienen con vida. Los países que lo autorizan son: Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Holanda, y Colombia. Todos excepto el último también posibilitan el suicidio asistido.
La eutanasia pasiva consiste en permitir el abandono del tratamiento y la no interferencia en el camino hacia la muerte. Los países que lo aprueban son: Argentina, México, Chile y la India.
Por otra parte, hay lugares en el mundo en los que sólo se concede el suicidio asistido, y son: Alemania, Suiza, y los estados de Colorado, Nueva Jersey, Hawái, California, Vermont, Washington, Oregón, de los Estados Unidos, así como el estado de Victoria en Australia.
Por Redacción Digital Por Esto!
MF