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Así se vivió la estampida humana en Israel que dejó al menos 45 muertos: VIDEOS

Las imágenes publicadas en las redes sociales mostraron una procesión en medio de una muchedumbre compacta y que se acercaba a una estructura metálica
Las autoridades habían permitido la presencia de 10.000 personas en el recinto de la tumba, pero, según los organizadores, en todo el país se fletaron más de 650 autobuses / AFP

Israel empezó este viernes a enterrar a sus muertos tras una estampida en la que fallecieron al menos 45 personas, incluyendo niños, durante una peregrinación judía ortodoxa en el norte del país, el evento más multitudinario desde el inicio de la pandemia. 

"La catástrofe del monte Merón es una de las más graves que ha golpeado al Estado de Israel", dijo en Twitter el primer ministro, Benjamin Netanyahu, que acudió el viernes al lugar y decretó un día de luto nacional el domingo.

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"Lo que ha ocurrido aquí es desgarrador [...] Gran parte de los que murieron todavía no han sido identificados", agregó el mandatario, prometiendo una "investigación exhaustiva".

 

En los barrios ultraortodoxos de Jerusalén y de Bnei Brak, en la periferia de Tel Aviv, desfilaron este viernes miles de hombres con sombrero y chaqueta negros y camisa opalina, poco antes de la pausa semanal del sabbat, con ocasión de los primeros funerales.

El balance de la tragedia aumentó y ya alcanza los 45 fallecidos, según el Ministerio de Salud.

El padre de Elazar Goldberg, un israelí de 38 años que murió durante la peregrinación del monte Merón en la noche del jueves al viernes, tomó la palabra en Jerusalén para rendir homenaje a su hijo.

"Pide allá arriba que Dios proteja a tus hijos", lanzó, a lo que sus familiares respondieron entonando: "bendito seas, juez de la verdad" ante el cuerpo de Elazar, cubierto con un talit (un chal religioso).

Por su parte, Shalom Lévy acudió a los funerales para rezar por una víctima estadounidense que no tiene a ningún familiar en el país. "Es una tragedia para todo el pueblo judío", señaló.

Una catástrofe 

El jueves por la noche, decenas de miles de personas se reunieron con motivo de una peregrinación para celebrar la fiesta judía de Lag Baomer, en el monte Merón, en torno a la supuesta tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, un talmudista del siglo II al que se atribuye la redacción del Zohar, una obra central de la mística judía.

Según los testimonios recabados por la AFP, una enorme cantidad de peregrinos se apiñaron para pasar por un pasillo muy estrecho.

"Llegó más gente, cada vez más. (...) La policía no la dejaba salir y comenzaron a apretarse unos contra otros, y luego a aplastarse mutuamente", contó a la AFP Shmuel, de 18 años y testigo de la tragedia. "Decenas de personas murieron aplastadas, es una catástrofe", añadió.

"La gente se amontonaba una encima de otra", declaró Rubi Hammerschlag, un periodista de la cadena israelí Kan, y explicó que "se aplastaban unos a otros".

Decenas de ambulancias intervinieron para evacuar cuerpos sin vida y heridos, a los que los socorristas tuvieron dificultades para acceder debido a la multitud. Seis helicópteros también transportaron a los heridos a las ciudades cercanas.

"Este ha sido uno de los incidentes más difíciles que he tenido que afrontar. Me recordó a la época de los bombardeos", dijo Kan Dov Maisel, del servicio de rescate United Hatzala, a Army Radio.

"Terribles escenas" 

Las imágenes publicadas en las redes sociales mostraron una procesión en medio de una muchedumbre compacta y que se acercaba a una estructura metálica, donde judíos religiosos estaban de pie en torno a una hoguera.

Antes de la tragedia, una densa multitud recorría pasillos y salas, bailando y cantando, rezando y encendiendo velas y hogueras, según las imágenes filmadas por AFP. Hombres y mujeres estaban separados, y también había niños. 

El comandante de la policía de la región norte, Shimon Lavi, dijo a los periodistas que "asume la responsabilidad" del desastre.

Las autoridades habían permitido la presencia de 10.000 personas en el recinto de la tumba, pero, según los organizadores, en todo el país se fletaron más de 650 autobuses, lo que supone al menos 30.000 personas. La prensa local estimó la afluencia en 100.000 personas, lo que AFP no pudo confirmar por el momento con fuentes oficiales.