Tras varias semanas acumulando su poderío militar en la frontera, la invasión a Ucrania comenzó temprano el jueves 24 de febrero del 2022. El primer golpe se dio con ataques de artillería sobre varias ciudades y el aeropuerto de Kiev, pese a las advertencias de Europa, EE.UU. y la ONU.
Largas filas de autos salían de Kiev hacia el Oeste para encontrar refugio, en las estaciones de metro y búnkeres contra ataques aéreos.Tropas rusas también atacaron desde Bielorrusia, al Norte, avanzando sobre Chernóbil, altamente radiactiva, con el riesgo de dañar el reactor nuclear.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, declaró el inicio de una operación especial para desmilitarizar a Ucrania, pero no ocupar el país, mientras retumbaban las explosiones.
Horas antes, el presidente Volodomir Zelenski, de Ucrania, hizo un llamado por televisión a los rusos: “El pueblo ucraniano quiere paz”, dijo.
En el ataque se destruyeron más de 70 objetivos militares de Ucrania, incluidos 11 campos de aviación, tres puntos de mando y una base naval. Por el Sur, el ejército entró por Crimea, y desembarcaron en Odessa, en el mar Negro. En el Este, los separatistas atacaron en Lugansk y Donetsk.
El ataque
Putin ha intentado controlar al país vecino durante años, tras su separación de la URSS, que concluyó la Guerra Fría con grandes resentimientos. Antes de la caída del muro de Berlín en 1989, Ucrania formó parte de la Unión Soviética, declarándose nación independiente en julio de 1990.
La OTAN, alianza militar entre EE.UU. y las potencias europeas, ha integrado a nuevos miembros de Europa Central y Oriental, algo amenazante para Rusia.
La intención de unir a Ucrania y Georgia a la OTAN en 2008, podría llevar a fuerzas armadas estadounidenses cerca de la frontera rusa.
El expresidente ucraniano prorruso Victor Yanukovich fue depuesto en el 2014, causando que Putin tomara a Crimea y apoye a fuerzas separatistas.
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JG