La posibilidad de un empate en las elecciones presidenciales de Estados Unidos es poco común, pero no imposible. Con 538 votos del Colegio Electoral en juego, un empate a 269 votos para cada candidato podría generar un “empate electoral”.
Este tipo de situación se conoce como “elección contingente” y está definida en la 12ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, la cual prevé que, en ausencia de un candidato con mayoría en el Colegio Electoral, el Congreso decida al próximo presidente.
Escenarios posibles para un empate
En la contienda de 2024, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump son los candidatos principales. Para que ocurra un empate, Harris tendría que ganar en estados como Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada, pero perder en Pensilvania y Georgia, generando un resultado de 269-269 en el Colegio Electoral.
Los estados de Maine y Nebraska, que asignan votos electorales por distritos en lugar de a nivel estatal, también podrían contribuir a un empate. La página 270 to Win y otros portales ofrecen simulaciones para explorar esta posibilidad.
¿Qué sucede en una elección contingente?
Si el empate ocurre, la decisión pasaría a una “elección contingente” en el Congreso el 6 de enero. La Cámara de Representantes seleccionaría al presidente mientras que el Senado designaría al vicepresidente.
En esta elección, cada estado en la Cámara cuenta con un solo voto, por lo que se necesitarían 26 votos estatales para elegir al presidente. En el Senado, cada senador tiene un voto, y se elige vicepresidente con mayoría simple.
Si la Cámara no logra seleccionar un presidente para el 20 de enero, el nuevo vicepresidente asume temporalmente la presidencia. En caso de que el Senado tampoco elija a un vicepresidente, la sucesión presidencial recae en el presidente de la Cámara de Representantes.
Ventajas para estados y partidos en una elección contingente
El sistema electoral de Estados Unidos otorga una ventaja particular a los estados más pequeños en caso de empate, pues todos los estados tienen igual peso en la elección contingente, independientemente de su población.
Actualmente, los republicanos controlan la mayoría de las delegaciones estatales, lo que podría darle una ventaja a Trump en caso de una elección contingente, especialmente si los resultados reflejan una división cerrada en estados como Arizona y Georgia.
Casos históricos de empate y elección contingente
Los antecedentes de una elección contingente se remontan a 1800, cuando Thomas Jefferson y Aaron Burr empataron, resultando en 36 rondas de votación en la Cámara antes de elegir a Jefferson. En 1824, ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría en el Colegio Electoral, y la Cámara de Representantes designó a John Quincy Adams como presidente, a pesar de que Andrew Jackson había obtenido más votos populares.
Otro caso relevante fue la elección de 1876, donde una comisión especial resolvió una disputa electoral a favor del republicano Rutherford B. Hayes, tras alegaciones de fraude en los estados sureños.
¿Es posible un escenario similar en 2024?
La posibilidad de un empate es baja, pero el proceso está claramente delineado en la Constitución. El desenlace dependería en gran medida de la composición del Congreso y las mayorías estatales.
En caso de empate, la elección contingente dividiría aún más a un país políticamente polarizado, poniendo a prueba la capacidad del sistema político para adaptarse a circunstancias excepcionales y otorgar legitimidad al próximo presidente.
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