En un contexto donde la tensión entre Israel y Palestina se intensifica, una potencial escalada militar en Rafah, ubicada en el extremo sur de la Franja de Gaza, ha encendido las alarmas internacionales.
Rafah, refugio de más de un millón de civiles palestinos, se encuentra bajo la lupa de la comunidad internacional ante el anuncio de Israel de ampliar sus operativos militares.
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La Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU ha emitido una severa advertencia, señalando que cualquier bombardeo indiscriminado en áreas densamente pobladas podría constituir un crimen de guerra según el derecho internacional humanitario.
Jens Laerke, portavoz de la entidad, ha sido enfático al declarar que la intensificación de hostilidades en Rafah podría resultar en una trágica pérdida de vidas civiles a gran escala.
La situación se agrava con el anuncio del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, sobre la posible expansión de la ofensiva hacia Rafah, tras consolidar el control sobre Jan Yunis.
Este último se ha convertido en escenario de violentos enfrentamientos, donde el Ejército israelí reportó la eliminación de decenas de "terroristas" implicados en ataques previos, incluido el ataque del 7 de octubre, así como la detención de aproximadamente 80 individuos sospechosos de actividades terroristas.
El impacto de las operaciones militares se ha sentido profundamente en la Franja de Gaza, con más de 100 civiles reportados muertos en las últimas 24 horas.
Los ataques no han discriminado, alcanzando incluso las inmediaciones del hospital Naser, sitiado por más de dos semanas. Los bombardeos israelíes han causado la muerte de civiles en diversos barrios, incluido un ataque contra un apartamento residencial al noroeste de Jan Yunis, exacerbando el sufrimiento de la población.
El recrudecimiento del conflicto ha llevado a una movilización militar sin precedentes, con más de 10 mil milicianos reportados muertos en casi cuatro meses de enfrentamientos.
A pesar de las afirmaciones de Israel sobre el significativo daño infligido a las capacidades militares de Hamas, la realidad en el terreno refleja un costo humano devastador, con un número creciente de víctimas civiles atrapadas en el fuego cruzado.
Este panorama sombrío subraya la urgente necesidad de abogar por la protección de los civiles y el cumplimiento del derecho internacional humanitario, en un esfuerzo por evitar una tragedia mayor en una región ya marcada por décadas de conflicto.
La comunidad internacional se encuentra ante el desafío de responder de manera efectiva para salvaguardar las vidas inocentes y buscar una solución duradera al conflicto palestino-israelí.
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