En un evento marcado tanto por la solemnidad como por el descontento, más de cien individuos fueron arrestados en diversas regiones de Rusia durante y después de las ceremonias fúnebres para Alexéi Navalni, el destacado crítico del Kremlin, quien fue sepultado el pasado viernes en Moscú bajo rigurosas medidas de seguridad.
De acuerdo con informes recientes de la organización de derechos humanos OVD-Info, este sábado se confirmó que una gran proporción de estas detenciones tuvo lugar en Siberia.
En la capital rusa, 14 personas fueron aprehendidas, y en Yekaterimburgo—la urbe de los Urales conocida por su inclinación liberal— se registraron alrededor de diez arrestos.
Por otro lado, en las ciudades siberianas de Novosibirsk y Omsk, hasta 35 individuos fueron llevados a diferentes estaciones de policía.
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Se reportaron detenciones adicionales en varias localidades del país, donde las leyes prohíben reuniones o protestas sin autorización gubernamental.
Los servicios fúnebres en Moscú transcurrieron con relativa calma, desde la iglesia de Mariino, lugar de la capilla ardiente, hasta el cementerio de Borisovo, donde Navalni encontró su última morada.
No obstante, el evento fue escenario de protestas cantadas contra Vladimir Putin y la intervención militar en Ucrania, señalando el funeral como el acto de oposición más significativo desde el inicio de la agresión rusa a su país vecino.
La "infracción" de homenajear con flores
OVD-Info señaló que muchos arrestos se efectuaron contra individuos que rendían tributo con flores en monumentos que recuerdan a las víctimas de la represión soviética, lugares emblemáticos para los opositores al régimen actual.
Boris Nadezhdin, político opositor a la guerra en Ucrania y cuya candidatura presidencial fue rechazada, instó a los ciudadanos rusos a superar el temor, destacando que Navalni disfruta de un amplio respaldo popular.
Las circunstancias del fallecimiento de Navalni, a los 47 años, permanecen sin esclarecer oficialmente.
Aunque se presentó de forma telemática en una audiencia judicial el día anterior a su muerte súbita, e incluso se le vio de buen ánimo, su equipo sostiene que un documento entregado a su viuda, Liudmila Navalnaya, indica una causa de muerte natural.
Sin embargo, tanto la oposición como entidades occidentales disputan esta versión, atribuyendo la responsabilidad directamente a Putin.
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