En un esfuerzo por transformar su estrategia de manejo de residuos y combatir la proliferación de ratas, la ciudad de Nueva York ha instaurado una nueva normativa que obliga a las 200 mil empresas de la metrópoli a depositar sus desechos en contenedores cerrados.
Este cambio, que se hizo efectivo el viernes, busca poner fin a la tradicional imagen de las aceras neoyorquinas cubiertas de bolsas de basura, un escenario que la administración del alcalde Eric Adams ha descrito como un "buffet para las ratas" disponible las 24 horas.
Desde agosto, se ha requerido que establecimientos como restaurantes, tiendas de conveniencia y bares utilicen contenedores resistentes con tapas seguras para sus desechos, una medida que se extendió a las cadenas de tiendas en el mes siguiente.
Ahora, esta disposición se amplía para incluir a todas las empresas de la ciudad, abarcando desde las tiendas familiares hasta corporaciones más grandes.
La próxima fase del plan, prevista para el otoño, apuntará a los edificios residenciales de nueve unidades o menos.
La basura comercial representa casi la mitad de los aproximadamente 20 millones de kilos de residuos que la ciudad recolecta diariamente, según ha señalado el alcalde Adams, quien ha hecho de la lucha contra los roedores una prioridad de su administración.
En un periodo inicial, la ciudad emitirá advertencias a las empresas que incumplan con la nueva regulación, pero a partir de abril comenzará a sancionar a los infractores.
La comisionada de Sanidad, Jessica Tisch, junto con el alcalde Adams, anunciaron que el principal requisito para las empresas es el uso de un contenedor sólido con tapa segura.
Las empresas deberán coordinar con sus servicios de recolección de residuos privados para determinar el tipo de contenedor adecuado, ya que la ciudad no gestiona la recogida de basura comercial.
Este cambio marca un paso significativo en el esfuerzo por mejorar la salubridad y la imagen de las calles de Nueva York.
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