Una devastadora avalancha de tierra en la madrugada del viernes sepultó la remota aldea de Kaokalam en el norte de Papúa Nueva Guinea, enterrando al menos a 300 personas, según reportes de medios locales este sábado 25 de mayo.
Este trágico suceso ocurre apenas dos meses después de que el país sufriera un fuerte terremoto.
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Aunque aún no se han recibido informes oficiales de las autoridades debido a la inaccesibilidad del área y las precarias comunicaciones, el periódico local Post Courier citó al parlamentario Aimos Aken.
Aken hizo un llamado urgente al Gobierno para que ayude en las labores de rescate, mencionando que "al menos 300 personas" fueron enterradas por el deslizamiento en la localidad de Kaokalam, ubicada en la provincia de Enga, a unos 600 kilómetros al noroeste de la capital, Port Moresby.
Impacto en la comunidad y esfuerzos de rescate
El desastre natural también sepultó aproximadamente mil 182 casas.
La cadena estatal australiana ABC informó que, aunque se sabe del alto número de víctimas, han sido pocos los cuerpos recuperados debido a la falta de maquinaria para mover las piedras y la tierra que cubren la aldea.
La ONG Care Australia, que opera en Papúa Nueva Guinea, declaró el viernes en un comunicado enviado a la agencia Efe que la carretera de acceso a la aldea está bloqueada.
"Despejarla tomará un tiempo considerable", advirtió la ONG, retrasando las labores de ayuda y la obtención de información sobre las víctimas.
A pesar de estos desafíos, un equipo de rescate de las autoridades locales ha llegado al lugar para evaluar la situación y asistir a las víctimas.
"Aunque la zona no está densamente poblada, nuestra preocupación es que la cifra de muertes sea desproporcionadamente alta", señaló la ONG.
Preocupaciones de seguridad y medidas del Gobierno
Testigos entrevistados por la ABC expresaron su temor de nuevos deslizamientos de tierra en esta área montañosa y pidieron al Gobierno que envíe ayuda para garantizar la seguridad de los pueblos de la región.
Según la emisora australiana, la única manera de llegar a la zona es en helicóptero.
El primer ministro James Marape indicó que funcionarios de desastres, las Fuerzas de Defensa y el Departamento de Obras Públicas y Carreteras están colaborando en los esfuerzos de socorro y recuperación.
Elizabeth Laruma, una residente citada por la cadena australiana, describió cómo las casas fueron sepultadas cuando la avalancha repentina descendió desde una montaña cercana, sorprendiendo a los lugareños mientras dormían.
Laruma afirmó que "el pueblo entero ha desaparecido".
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