El Ejército israelí confirmó que llevó a cabo un bombardeo en el sur del Líbano, dirigido a un almacén de armas de la milicia chií Hezbolá en la localidad de Nabatieh, a unos 13 kilómetros de la frontera con Israel.
El ataque, que ocurrió durante la noche, dejó al menos 10 muertos, la mayoría ciudadanos sirios, según informes del Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud libanés.
Las víctimas incluyen a familiares del propietario de una fábrica de cemento cercana, ubicada en la localidad de Toul al Kfour, donde se produjo la mayor parte de las muertes.
En respuesta, el Consejo Regional de la Alta Galilea en Israel pidió a los residentes que permanezcan cerca de refugios, ante el temor de represalias de Hezbolá.
Horas después, la milicia lanzó 55 cohetes hacia el norte de Israel, lo que provocó incendios y dejó dos soldados heridos. El Ejército israelí informó que uno de sus bombardeos también mató a Hussein Ibrahim Kasseb, un comandante de la unidad de élite Radwan de Hezbolá, en la zona costera de Tiro.
Este intercambio de fuego es el último episodio de la creciente tensión en la región, que ha alcanzado su nivel más alto desde 2006.
Las hostilidades han dejado más de 600 muertos, la mayoría del lado libanés, y han generado preocupaciones sobre una posible escalada a nivel regional, especialmente tras la muerte de importantes líderes de Hezbolá e Hamás en ataques recientes.
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