El papa Francisco, de 88 años, continúa mostrando signos de mejoría tras permanecer 23 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral.
De acuerdo con el último parte médico emitido por la Santa Sede, el estado de salud del Pontífice ha permanecido estable en los últimos días, lo que indica una buena respuesta a la terapia y una recuperación gradual.
"Las condiciones clínicas del Santo Padre han demostrado una leve mejoría. Los análisis sanguíneos y el hemograma se mantienen estables", informó el Vaticano.
Una recuperación lenta, pero positiva
Aunque el papa ya no presenta fiebre y sus intercambios gaseosos han mejorado, los médicos aún mantienen su pronóstico reservado, sin determinar cuándo podría ser dado de alta.
Durante la jornada, el Pontífice ha mantenido una rutina que combina descanso con actividades ligeras, como la firma y revisión de documentos.
Además, esta mañana recibió la Eucaristía y oró en la capilla privada de su apartamento en la décima planta del hospital.
Expectativa por la evolución de su estado de salud
A pesar de las señales positivas, los especialistas siguen monitoreando su evolución antes de realizar un nuevo diagnóstico sobre su recuperación total.
Mientras tanto, fieles de todo el mundo continúan orando por la salud del papa Francisco, quien sigue siendo una figura central en la Iglesia católica a nivel global.
IO