El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, desestimó las especulaciones sobre una posible renuncia del Papa Francisco, afirmando que la única prioridad en estos momentos es su recuperación y regreso al Vaticano.
En una entrevista concedida al diario Corriere della Sera, Parolin calificó de “inútiles” los rumores sobre una eventual dimisión del pontífice, quien permanece hospitalizado en el Hospital Gemelli de Roma desde el pasado 14 de febrero debido a una neumonía bilateral.
“Ahora pensamos en la salud del Santo Padre, en su recuperación y en su regreso al Vaticano: estas son las únicas cosas que cuentan”, subrayó el cardenal.
Rechazo a teorías sobre un "pre-cónclave"
Ante preguntas sobre un supuesto clima de intriga en el Vaticano, Parolin afirmó que no tiene conocimiento de movimientos inusuales ni de maniobras para presionar una renuncia.
“Creo que es normal que en estas situaciones circulen rumores o comentarios inapropiados. Sin embargo, hasta ahora no he oído nada que indique un ambiente pre-cónclave”, explicó.
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Además, detalló que se ha mantenido en contacto con el Papa y que, aunque le ofreció visitarlo en el hospital, hasta ahora no ha sido necesario, ya que el pontífice se encuentra en proceso de recuperación y necesita descansar.
El cardenal Fernández también desmiente presiones
Por su parte, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, también rechazó las versiones sobre una posible renuncia de Francisco.
En una entrevista con el diario argentino La Nación, Fernández señaló que, aunque ciertos grupos han insistido en este tema en los últimos años, “esta decisión debe ser totalmente libre del Santo Padre”.
“No veo un clima pre-cónclave ni que se hable de un posible sucesor más de lo que se hablaba hace un año. No hay nada especial”, agregó.
Finalmente, Fernández destacó que la salud del Papa ha respondido bien al tratamiento, lo que es una señal alentadora sobre su recuperación.
Francisco sigue bajo observación médica
El Papa Francisco, de 88 años, continúa internado en el Hospital Gemelli, donde los médicos monitorean su evolución.
Aunque su condición ha sido calificada de “compleja”, las últimas actualizaciones indican una leve mejoría, sin necesidad de respiración asistida.
Las autoridades del Vaticano han insistido en que el pontífice seguirá recibiendo tratamiento hasta que su estado de salud le permita retomar sus actividades.
IO
