MONCLOVA, Coahuila/Ciudad de México, 2 de noviembre (Vanguardia/SinEmbargo).- Durante la comparecencia de testigos en el Juicio Oral del homicidio del notario público Raúl Tomás Alton Garza en el 2016, la química y el médico forense de la Fiscalía General del Estado revelaron que la víctima fue sedada con benzodiacepinas, y recibió más de 20 golpes en cabeza y cuerpo con un objeto contuso antes de ser enterrado en el patio de su casa.
El Ministerio Público solicitó la presencia de la química Elena María Valdez, quien fue la encargada de realizar los exámenes toxicológicos al occiso Raúl Alton y su esposa, la imputada Rosa “N”, después de descubrir el crimen.
Frente al tribunal, declaró que el resultado de Rosa “N” fue negativo, mientras Raúl Alton dio positivo al benzodiacepina, un medicamento psicotrópico con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes.
Asimismo, Elena María realizó la inspección de la vivienda en la que se encontró semienterrado el cuerpo del notario público, y se llevó como evidencia un pantalón de mezclilla y unas botas de mujer, los cuales tenían tierra.
Posteriormente, el médico legista de la Fiscalía General de Justicia, el doctor Salvador Reyes Dimas, dijo que realizó la necropsia del cuerpo el 19 de enero del 2016 a las 16:00 horas.
Expuso que Raúl Alton tenía entre 24 y 48 horas de fallecido tras encontrar la “mancha verde abdominal”, primer signo de putrefacción que se presenta a las 24 horas de perder la vida.
Indicó que el cuerpo tenía más de 20 contusiones y hematomas en todo el cuerpo: cabeza, nariz, cuello, brazos, pecho, abdomen, mano, abdomen, gluteos, pene, área pública y muslos.
Las contusiones más severas se localizaron en la cabeza, dos en la región frontal de tres y dos centímetros, así como una en la región posterior y alta del cuello (nuca).
Determinó que las lesiones fueron provocadas con un objeto contuso, es decir, que no presentan filo o punta como un palo, garrote o golpe con la mano, pero en la escena del crimen se encontró un martillo sin la parte del “saca clavos”, así como un objeto que se utiliza para dar descargas eléctricas.
El médico se apoyó con fotografías que se tomaron al cadáver en el anfiteatro de la funeraria 288 para señalar el área de las lesiones. Mientras presentaban las primeras imágenes, Rosa “N”, quien vestía una blusa blanca, con el pelo recogido y gafas, no levantó la mirada y la fijó sobre la mesa en la que tenía apoyada sus manos.
En ese momento la autoridad solicitó a los presentes abandonar la sala 3 por el tipo de material que se exhibió y la audiencia continúo de modo privado.
La representación social y el abogado de la familia de la víctima también solicitaron la declaración de la persona que se encargó de hacer una evaluación psicológica a Rosa “N” integrada al dictamen pericial, no obstante, el Juez Hiradier Huerta no lo permitió porque la imputada se opuso a que revelaran la información recabada por considerar que se violaban sus derechos, acción que fue apoyada por su abogado Javier Liñan.
El crimen
Raúl Alton Garza, conocido notario público de Monclova, fue reportado como desaparecido por sus familiares el sábado 16 de enero. La última persona que lo vio fue su esposa Rosa “N”.
La investigación señala que Rosa “N” estaba separada de Raúl Alton por constantes conflictos, entre éstos, celos; pero había una intención de reconciliación. Le pidió a Raúl que fuera su casa para que conviviera con su hijo mientras comían pizza; después nada se supo de él.
El lunes 18 de enero a las 17:30 horas se llevó a cabo un rosario en la casa de la señora Antonieta Garza, madre de la víctima, al cual acudió Rosa “N” para pedir a Dios la pronta localización de Raúl Alton.
El martes 19 de enero Rosa “N” solicitó la presencia de las autoridades en su domicilio y reveló que el cuerpo de su esposo estaba enterrado en el patio. Su versión fue que hombres desconocidos entraron a su casa y asesinaron a Raúl Alton, pero ella no dio información porque recibió amenazas.
Hasta el 26 de enero fue vinculada a proceso por ser la principal sospechosa del homicidio de su esposo y por obstrucción de la justicia al haber ocultado información. Desde entonces estuvo recluida en el centro penitenciario de Saltillo bajo la medida cautelar de prisión preventiva.