El Universal.- Además de las empresas, la fundación y la universidad con sede en San Luis Potosí, las autoridades de inteligencia financiera de la Ciudad de México identificaron a cinco personas como las principales responsables de lavar el dinero de La Unión de Tepito, liderado por Roberto Mollado Esparza El Betito y David García Ramírez El Pistache.
La investigación reveló que el principal centro de operaciones para el blanqueo del efectivo que ingresa a esa estructura criminal está en el Estado de México, en municipios como Ecatepec, Naucalpan y Toluca, donde tienen fachadas de negocios dedicados al envío de mensajería, paquetería y mudanzas.
A decir de la indagatoria, la encargada de recibir todo el capital y de distribuirlo a los otros negocios, que posteriormente hacen los depósitos a las cuentas personales de los capos, a sus familiares y prestanombres, es identificada como María Elena “N”, de 37 años, quien está en libertad pero es buscada por las autoridades financieras para que explique el crecimiento económico de sus presuntas empresas.
El segundo negocio en el nivel de importancia de La Unión está en Veracruz y lo dirige Marco Antonio “N”, de 45 años. Su trabajo consiste también en mantener el constante flujo de efectivo para los dirigentes de la agrupación criminal.
La tercera empresa está en Puebla. La encargada de coordinar las operaciones desde ahí es Inés María “N”, de 45 años, a quien las autoridades investigan desde 2015 por delitos como estafa y la malversación de fondos, pero no han capturado porque vive entre Cancún, la Ciudad de México y el extranjero.
En la organización aparece además Jonathan Joshua “N”, de 37 años, él administra las ganancias que dejan las casas en las que se maquila la droga y reúne el dinero que a diario dejan los puntos de venta de droga. Desde el Estado de México destina recursos para sobornos y la seguridad que estos inmuebles requieren, su último domicilio registrado aparece en Veracruz.
Por último, se identificó a Melisa “N”, una joven de 27 años, quien aparentemente es la encargada de socializar para La Unión; es decir, contrata a jóvenes de la farándula o del medio del modelaje para los principales líderes del Cártel de Tepito y, además, organiza eventos en antros y zonas exclusivas que después son ocupados para infiltrar a los narcomenudistas.
Esta joven se encargaba de pagar los lujos que se daban El Betito y El Pistache cuando estaban en libertad. Las autoridades cuentan con imágenes de la mujer, que con frecuencia se reunía con los capos locales para rendirles cuentas de las actividades que desempeñaba.