México

Miles conmemoran la 'Marcha del Silencio” de 1968

CIUDAD DE MEXICO, 13 de septiembre (SinEmbargo/EL UNIVERSAL/AP).- Miles de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de otras instituciones educativas se manifestaron en la capital, a 50 años de distancia de la Marcha del Silencio.

En completo silencio, miles de estudiantes encabezados por alumnos del CCH Azcapotzalco marcharon la tarde de este jueves por Paseo de la Reforma hacia el Zócalo capitalino.

La manifestación, que recuerda y conmemora la “Marcha del Silencio” de 1968, comenzó en las inmediaciones del Museo de Antropología con la participación de colectivos de la UNAM, IPN, UAM, UPN, Colegio de México, entre otras instituciones académicas.

Alrededor de las 16:50 horas los estudiantes del CCH, seguidos de integrantes del Comité 68 y de los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, arrancaron la movilización a 50 años del 13 de septiembre de 1968.

Según datos del gobierno de la Ciudad de México, entre cinco y siete mil personas participan; sin embargo, Protección Civil maneja la cifra de 10 mil manifestantes.

Estudiantes de universidades así como de preparatorias de la Ciudad de México, Zona Metropolitana y de otros Estados también se sumaron. Personas levantaron el puño, otras hicieron la señal de la “V” de la victoria y algunas más portaron cintas en forma de cruz sobre la boca, como hace 50 años lo hizo el movimiento estudiantil.

Al iniciar la manifestación se les recordó a quienes asistieron que esta era una marcha silenciosa para conmemorar a los estudiantes que se manifestaron hace 50 años. Esta movilización fue convocada el viernes pasado en la Asamblea General Interuniversitaria, conformada por comités estudiantiles de distintas facultades de la UNAM y de otras instituciones.

La manifestación comenzó en el Museo de Antropología e Historia y se dirige hacia el Zócalo de la Ciudad de México. ”Si no hay justicia para los estudiantes, que no haya paz para las autoridades”, reclamaron desde las calles.

Los estudiantes utilizaron pancartas y banderas para llevar a cabo la manifestación.

El 5 de septiembre, miles de estudiantes de las preparatorias y facultades de la UNAM marcharon en Ciudad Universitaria en protesta por la agresión de grupos “porriles” en contra de alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco y para exigir Justicia para los jóvenes heridos.

Horas antes, los estudiantes de la UNAM intentaron ingresar por la fuerza a las Instalaciones del Museo Nacional de Antropología e Historia, lugar elegido como punto de partida para la llamada Marcha del Silencio que inició en punto de las 16:00 horas y se dirigió a la plancha del Zócalo.

Los jóvenes, pertenecientes a la Escuela Nacional de Antropología e Historia de la UNAM (ENAH), quienes supuestamente realizarían una toma simbólica del recinto, intentaron dar un “portazo” pero las autoridades del museo les impidieron el paso.

Los inconformes lanzaron arengas en contra de la directora del plantel. Después de varios minutos de tensión entablaron un diálogo con las autoridades del museo y se les permitió el paso al vestíbulo, lugar donde leyeron un pliego petitorio.

Cientos de alumnos de la máxima casa de estudios se alistaron para participar en la Marcha del Silencio. En Ciudad Universitaria diversos los continentes se prepararon para partir rumbo al Museo Nacional de Antropología.

Rechazan la violencia

Los miles de estudiantes mexicanos rememoraron el jueves una multitudinaria manifestación que tuvo lugar hace 50 años y se denominó la Marcha del Silencio. Aunque en 1968 la principal exigencia era la democratización del país, ahora el clamor es contra la violencia que existe en los planteles universitarios y de bachillerato.

“El principal problema es la inseguridad y sobre todo hacia las compañeras”, dijo Diego González, un estudiante de Historia de 24 años que marchaba junto a su novia y lamentó que la violencia que vive México ahora también afecte a las universidades.

El acoso a los estudiantes por parte de grupos de choque llamados “porros” se incrementó últimamente junto con las denuncias de delitos. De ahí que algunas de las pancartas del jueves tuvieran mensajes como “Ser estudiante en México es más peligros que ser delincuente”.

A principios de mes, grupos de porros de una escuela de bachillerato afiliada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) -la más grande del país, con 350,000 alumnos- golpearon a manifestantes que protestaban contra el pago de cuotas. Dos estudiantes resultaron seriamente heridos en el ataque que incluyó bombas de gasolina y cuchillos.

Las movilizaciones de los estudiantes, sobre todo de la UNAM, han sido constantes durante este septiembre y han sido detonadas por recientes actos de violencia ocurridos en sus instituciones.

La llamada Marcha del Silencio de 1968 tuvo lugar poco antes de la masacre de estudiantes a manos de militares el 2 de Octubre de 1968. “Porros” armados con garrotes atacaron nuevamente a los estudiantes durante una marcha en 1971.

“Mi familia estuvo en el 68 y ahora me toca a mí”

“Somos los nietos del 68, sus herederos”, esta es la voz que se escucha en la explanada del Museo Nacional de Antropología e Historia, donde comenzaron a reunirse miles de jóvenes que marcharon al Zócalo de la Ciudad de México para demandar mejor educación y dejar de ser el sector de la población más afectado por la violencia.

“Mis papás me dijeron revoltoso, pero no me importa. Yo vengo a luchar por nuestros derechos”, dijo Antonio González Bolaños, de 17 años. Amir Manuel, quien vino en el mismo grupo de Antonio, se siente orgulloso de continuar la lucha que hace 50 años inició su tío Julio, quién estuvo preso en Lecumberri por participar en el movimiento estudiantil de 1968.

“Mi familia estuvo en el 68 y ahora me toca a mí. Tal vez no tenemos un nexo directo con los estudiantes de hace 50 años, pero sí tenemos un conexión”, dijo, orgulloso de marchar, de defender su escuela.

Todo fue fiesta la tarde de este jueves en la que se avecinó la lluvia y se esperó que los reclamos de más miles de jóvenes se extendieran sobre Paseo de la Reforma. Quienes se encontraban vinieron con sus amigos, en grupos, agitando banderas de la UNAM o de la ENAH o de alguna de las escuelas que ahí se reunieron. También trajeron carteles: “¡Únete, pueblo!” se leyó en uno que sostenía una muchacha de unos 17 años, con el cabello pintado de verde y un piercing en la oreja.

“Hoy marcho en silencio por mis compañeros que murieron callados”, dijo otra de las pancartas.

Comenzaron a llegar en grupos grandes, principalmente en Metro. El ambiente olía a lluvia, a esquites, tacos de canasta y humo de cigarro pero fue como si los pañuelos verdes en los cuellos de las mujeres, las banderas universitarias y los paliacates que cubrían la cara de muchos, también expidieran un aroma a rebeldía.

“¡Fuera porros de la UNAM! El silencio no significa ceder”, decía otra de las mantas. Así, alumnos de instituciones de educación superior con presencia nacional marcharon al Zócalo para exigir la desaparición de los “grupos ‘porriles’” que operan en sus escuelas pero también que mejoren las condiciones y el acceso a la educación superior.

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