CIUDAD DE MEXICO, 20 de septiembre (SinEmbargo).- El organismo de transparencia de México determinó hoy hacer pública información del Archivo General de la Nación sobre el movimiento estudiantil y la masacre de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, que dejó una cifra indeterminada de muertos y una fuerte represión política que se extendió por varios años.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) destacó que el interés por conocer sobre el movimiento “es mayor” al interés de proteger los datos personales.
El Movimiento terminó de manera abrupta la noche del 2 de octubre de ese año con la masacre de Tlatelolco a manos fuerzas paramilitares, policiales, de seguridad y del Ejército mexicano. Dejó una cifra de muertos que varía de 30 a 300, según las fuentes que se consulten.
El pleno del INAI resolvió que “debe ser pública” la información del proyecto “M68: Ciudadanías en movimiento” impulsada por el Archivo General y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
Esta información del movimiento en poder del Archivo está conformada por documentos de entidades como la Policía Secreta y Política del Gobierno federal, la Policía de la Ciudad de México y del propio Ejército mexicano. Entre la documentación a divulgar hay informes médicos sobre las causas de muerte de estudiantes “con lo cual se evidencian las violaciones a derechos humanos ocurridas la noche del 2 de octubre de 1968”, dijo el comisionado del INAI, Oscar Guerra Ford.
Incluso las imágenes de estudiantes fallecidos no identificados “podría favorecer todavía en la identificación de personas que son buscadas por sus seres queridos”, indicó el comisionado. Argumentó que al divulgar la información en posesión del Archivo General y la aportada por otras instituciones “será posible fortalecer el conocimiento de lo que aconteció en torno al movimiento estudiantil”.
En el Movimiento de 1968 participaron estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), El Colegio de México, la Escuela de Agricultura de Chapingo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
También estuvieron profesores, intelectuales, familiares de los estudiantes, obreros, campesinos y comerciantes. Impactó no sólo a la capital mexicana sino a muchas entidades más, muchos de ellos del norte.
El movimiento, fuertemente reprimido, quería un cambio democrático, abatir la desigualdad y dar paso a un país con mayores libertades. Era, claramente, un movimiento contra el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El 2 de octubre de 1968 se llevó a cabo la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. En la Operación Galeana participó un grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia, la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la Policía Secreta y el Ejército mexicano. Los principales involucrados fueron los ex presidentes priistas Luis Echeverría Álvarez y Gustavo Díaz Ordaz.
Después de 1968, una serie de movimientos opositores al PRI se desataron por todo el país. Algunos fueron clandestinos y otros abiertos. El Estado mexicano emprendió acciones contra todos y hubo muertos y desaparecidos en todo el país. A esas acciones intestinas, en las que participaban las agencias de seguridad del Gobierno, se le conoció como “guerra sucia”.
En 2018, un fuerte movimiento de izquierda llegó a la Presidencia de México por primera vez. Lo encabeza Andrés Manuel López Obrador, y reivindica las demandas del movimiento estudiantil.
La comisionada del INAI Blanca Lilia Ibarra, declaró que mantener la opacidad sobre esta información del movimiento de 1968 “sería negar el pasado histórico y su impacto en la vida de México, para evitar que se repitan las violaciones a los derechos humanos”.
El movimiento estudiantil de 1968 está considerado uno de los sucesos de mayor trascendencia política de México en el siglo XX al derivar en guerrillas, guerra sucia y una apertura política que se amplió gradualmente en los últimos 50 años.