México

Ahora, participan familias

CIUDAD DE MEXICO, 21 de enero.- El negocio era de Los Zetas, pero ahora operan células independientes a carteles del narcotráfico, incluso familias, aunque con poder armamentístico.

En los gobiernos de Miguel Osorio Chong y José Francisco Olvera Ruiz, esta escisión del Cartel del Golfo añadió a la extorsión, secuestro y trasiego de droga, el robo de combustible en la plaza de Hidalgo con el cobro de “derecho de piso” para sus operadores; sin embargo, después trazó sus propias rutas de robo a los ductos de Petróleos Mexicano (PEMEX) y lo convirtió en uno de sus negocios ilícitos más lucrativos en el estado.

La operación de los Zetas para obtener el huachicol aparece en una declaración de Ismael Curiel Flores, apodado “El Sapo”, quien fue detenido el 12 de enero de 2012 en el municipio de Almoloya. Quien fuera integrante de un Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) del Ejército declaró que a principios de enero de 2008 –durante el mandato de Osorio Chong– el comandante “Charal Dos”, en ese entonces jefe de la plaza de Tula, lo contrató como su escolta porque tenía conocimientos en el manejo de armas, debido al adiestramiento que recibió de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En junio de ese año, narró, el jefe de plaza negoció con un sujeto apodado “El Marquís”, quien se dedicaba a robar combustible en Veracruz, Puebla, Hidalgo y Estado de México, pero tenía su base en Atotonilco de Tula.

La cuota que cobró a nombre de la “compañía” para permitir la operación, según el detenido, fue 150 mil pesos mensuales; además, en ese momento entregó 300 mil y ocho días más 200 mil.

No obstante, al incumplir el trato lo levantaron en Tepeji del Río, lo trasladaron a una casa de seguridad en Tula, donde fue torturado y posteriormente asesinado. La información fue emitida por la Secretaría de Seguridad Pública que en ese momento presidía Damián Canales Mena. “El Sapo” también declaró que, a principios de 2009, un ingeniero de PEMEX que se encargaba de la salida de combustible del área de Ventas, y estaba robando a la paraestatal, les entregó 500 mil pesos para que le permitieran huachicolear en la plaza zeta, y comprometió 200 mil más al mes; sin embargo, no cumplió.

Él, a diferencia de “El Marquís”, no fue ejecutado porque huyó de Hidalgo. Del derecho de piso, el cartel pasó a estructurar su propia red de ordeñadores de hidrocarburos y comercio ilícito a través de células, una de las cuales fue desarticulada en abril de 2014 por la Procuraduría General de la República (PGR). La Policía Federal Ministerial detuvo a 18 personas en Atotonilco de Tula, con ganancias diarias de 200 a 300 mil pesos. Entre ellos estaban cuatro choferes de pipas de empresas concesionarias de PEMEX que entregaban gas y combustóleo a Los Zetas, que tenían –únicamente en la región– dos bodegas sobre la carretera Jorobas Tula: una en la colonia Conejos y la otra en la Segunda Sección de Progreso.

Los Zetas vendían la gasolina a 3.50 pesos el litro, y el gas a 5.56. Las pipas que salían de las instalaciones de PEMEX eran captadas y se les sustraían entre 100 y 500 litros de gas con bombas, el cual almacenaban en pipas de 40 mil y 50 mil litros para su posterior comercialización”, según la investigación de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de “Delincuencia Organizada (SEIDO).

(La Silla Rota)