México

Cinismo total

CIUDAD DE MEXICO, 8 de enero (SinEmbargo/AFP).- El Presidente Donald Trump recurrió esta noche a sus dotes histriónicos frente a la televisión, en “prime time”, y casi con lágrimas en los ojos inyectó miedo a los estadounidenses para pedir un muro en la frontera con México.

El mandatario estadounidense habló de los “horrores” que provocan los migrantes a los ciudadanos de su país: citó asesinatos, el tráfico de drogas, para justificar el cierre de Gobierno y para demandar que se le apruebe un muro que prometió desde la campaña.

“Es una crisis humanitaria. Una crisis del corazón, una crisis del alma. Estos niños [migrantes] se usan como peones. 1 de cada 3 mujeres son violadas cuando vienen por México. Son víctimas. Esa es la realidad trágica de la migración ilegal. Estoy decidido a terminar este ciclo del sufrimiento humano.

“Estados Unidos debe seguir siendo seguro. La propuesta de seguridad busca detener el paso de la droga. Hemos pedido al congreso ayuda para que migrantes puedan volver a sus países de manera humanitaria. Muro se pagará con el nuevo acuerdo comercial que hemos firmado con México”, dijo.

Añadió que el Gobierno de Estados Unidos sigue cerrado porque los demócratas no están dispuestos a financiar la seguridad fronteriza.

“He invitado a los líderes congresistas para que esto se haga. Espero que nos podamos colocar por encima de las diferencias políticas. ¿Por qué los políticos construyen muros en sus casas? Porque aman a los que viven dentro”, señaló.

“¿Qué pasó en Navidad, cuando un ilegal mató a un policía? Día tras día, vidas son arrebatadas por los que violan nuestras fronteras”, indicó.

“¿Cuánta sangre tenemos que derramar antes de que en el Congreso hagan su trabajo? ¿Qué harían si fueran sus familias las afectadas? Hay que asegurar nuestra frontera. Juré proteger a nuestro país y eso es lo que haré”, concluyó.

Trump pidió este martes 5,700 millones de dólares para erigir una barrera de acero en la frontera con México, denunciando una “creciente crisis” migratoria, en un momento en que el gobierno está en cierre parcial desde el 22 de diciembre.

“Hay una creciente crisis humanitaria y de seguridad en nuestra frontera sur”, dijo Trump durante en una intervención solemne desde la Oficina Oval de la Casa Blanca, la primera desde su llegada al poder.

Inmerso en una lucha de poder de final imprevisible con los demócratas, el presidente estadounidense denuncia desde hace varios días una “crisis de seguridad nacional” en la frontera con México ante el flujo de migrantes, mientras sus opositores lo acusaron de tener como “rehenes” a los estadounidenses.

En su intervención, Trump dijo que los agentes fronterizos se enfrentan cada día a “miles de inmigrantes ilegales” que intentan entrar al país.

“Rehenes”

“Nuestra frontera sur es un ducto para una gran cantidad de drogas ilegales, incluyendo metanfetamina, heroína, cocaína y fentanilo. Cada semana 300 de nuestros ciudadanos mueren sólo por la heroína”, dijo Trump, en un momento en que Estados Unidos sufre una crisis de salud pública por las sobredosis.

Una de las incógnitas era si Trump iba a recurrir a la ley de emergencias, que permite pasar por encima del Congreso para comenzar, apoyándose en el Ejército, los trabajos de construcción del muro. Pero en su discurso no evocó esta posibilidad.

Los demócratas, que hablaron justo después de Trump, lo acusaron de tomar como “rehenes” a los estadounidenses con su estrategia de parálisis presupuestaria.

“El presidente Trump tiene que dejar de mantener como rehenes al pueblo estadounidenses, dejar de manufacturar una crisis y reabrir el gobierno”, dijo Nancy Pelosi, que la semana pasada volvió a asumir como líder de la Cámara de Representantes, después de que los demócratas recuperaran el control tras las elecciones de mitad de mandato de noviembre.

Muchos presidentes habían usado las disposiciones de emergencia para temas más consensuados: George W. Bush tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 para aumentar los recursos de las fuerzas armadas, o Barack Obama durante la epidemia de gripe H1N1 para levantar disposiciones del secreto médico.

Tal iniciativa, que se articula mediante la Ley de Emergencias Nacionales, también corría el riesgo de ser impugnada ante la justicia. La oposición demócrata ya había indicado que la hubiera bloqueado.

El “cierre” parcial del gobierno por una falta de acuerdo en el Congreso sobre el presupuesto afecta a unos 800,000 funcionarios federales que se ven obligados a quedarse en casa o a esperar el final del bloqueo para recibir su salario.

Trump exige el desbloqueo de 5,700 millones de dólares para edificar la barrera a lo largo de los 3,200 kilómetros de frontera con México, mientras los demócratas insisten en oponerse al financiamiento de dicho muro, que consideran “inmoral”, caro e ineficaz.

Líderes demócratas critican a Trump

Los líderes demócratas en el Congreso estadounidense criticaron hoy el discurso del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que habló de una “crisis creciente” en la frontera con México, y exigieron al mandatario que reabra la Administración, que lleva 18 días parcialmente cerrada.

“El presidente Trump debe dejar de mantener como rehén al pueblo estadounidense, dejar de fabricar una crisis y debe volver a abrir la Administración”, dijo la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, en un discurso inmediatamente posterior al de Trump.

Pelosi lamentó que Trump haya optado por mantener la Administración cerrada por culpa de la disputa que mantienen demócratas y republicanos por los fondos para construir un muro en la frontera con México, en vez de aceptar una propuesta demócrata que volvería a abrir parte del Gobierno.

Por su parte, el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, reclamó a Trump que “separe el cierre administrativo de las discusiones sobre la seguridad fronteriza”.

“No existe excusa para herir a millones de estadounidenses por una diferencia política”, apuntó Schumer, que se refirió a las miles de familias de trabajadores federales que han visto sus nóminas suspendidas en las últimas semanas.

En su discurso, Trump aseguró que la situación en la frontera con México es una “crisis creciente”, a pesar de que el número de detenciones en el linde se ha reducido drásticamente en las últimas dos décadas.

“Mis queridos estadounidenses, hoy les hablo porque hay una crisis humanitaria y de seguridad creciente en nuestra frontera sur”, dijo Trump en un discurso dirigido a los ciudadanos en un horario de máxima audiencia.

El Gobierno de Trump afronta desde el pasado 22 de diciembre el cierre del 25 por ciento de la Administración, situación que afecta a unos 800 mil empleados que han dejado de percibir su salario y ha trastocado el funcionamiento de distintos espacios turísticos o las actividades de agencias a las que no se les han asignado nuevos recursos.

“No hay crisis, no hay invasión”

“No hay crisis, no hay invasión, no existe un peligro identificado, como el presidente quiere hacer creer a los estadounidenses para que tengan miedo”, señaló el legislador demócrata Steny Hoyer, resumiendo la indignación en sus filas.

Trump apuesta a retomar la iniciativa en el asunto del muro, que lo ayudó a ganar las elecciones en el 2016.

El jueves está previsto que viaje a la frontera sur con México.

Pero el mandatario enfrenta una crisis de credibilidad: pocos estadounidenses están convencidos de sus afirmaciones sobre masas de inmigrantes clandestinos, criminales y terroristas abarrotando la frontera.

“Creo que lo mejor que el presidente puede hacer por el Partido Republicano es presentar un caso convincente de por qué quiere más dinero”, había dicho previamente a la prensa el senador republicano Lindsey Graham, un aliado de Trump.

“Por solicitud de los demócratas, será una barrera de acero en vez de un muro de concreto. Esta barrera es absolutamente crucial para la seguridad fronteriza. Es también lo que nuestros profesionales en la frontera quieren y necesitan”, dijo Trump en el discurso, de tan solo unos diez minutos de duración.

“Es solo sentido común. El muro se pagará rápidamente por sí mismo”, añadió.

Pero la oposición demócrata no parece en absoluto sensible al argumento, y el récord de la parálisis presupuestaria más larga de la historia podría acabar siendo batido: 21 días entre finales de 1995 y principios de 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton.