CIUDAD DE MEXICO, 26 de noviembre (InSightCrime).- El desmantelamiento de una organización internacional encabezada por un poderoso cártel de drogas mexicano muestra, una vez más, el dominio económico que estos grupos tienen sobre el negocio de la droga en Colombia.
Una investigación publicada por Noticias Caracol el pasado 11 de noviembre reveló detalles sobre un operativo internacional que permitió la desarticulación de una red de narcotraficantes dirigida por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de la que también formaban parte enlaces colombianos y un piloto de la Fuerza Aérea Venezolana.
Después de una reunión clandestina que se llevó a cabo en Bogotá, en el que participaron varios emisarios del cártel de drogas mexicano, autoridades colombianas en colaboración con la Administración para la Control de Drogas (Drug Enforcement Administration, DEA por sus siglas en inglés) procedieron a la captura de varios miembros de la red criminal.
Uno de los principales hallazgos de este operativo, denominado Galeón, fue la participación de Gino Alfonso Garcés Vergara, capitán de la Fuerza Aérea Venezolana, quien recibió un pago de 500 mil dólares para permitir el paso de aeronaves cargadas de droga por el espacio aéreo venezolano sin que fueran rastreadas.
El pago del piloto venezolano y de otros aviadores recaía sobre alias Hamilton, enlace del CJNG en territorio colombiano. Desde la ciudad de Villavicencio, este personaje de nacionalidad colombiana se encargaba de conseguir las aeronaves, rutas y contactos que facilitaran la salida droga desde Venezuela hasta Centroamérica.
Otro de los capturados en esta operación fue Fabián Mauricio Ortiz Cañizares, alias Rolex; Su rol dentro de esta organización criminal era recibir las ganancias en Panamá producto de la venta de cocaína en Estados Unidos para lavarla e invertirla en nuevos cargamentos y negocios que manejaba en la ciudad de Cúcuta, al nororiente de Colombia.
Análisis de Insight
La Operación Galeón arroja nueva evidencia de los nexos entre los cárteles mexicanos, las bandas colombianas y sus aliados venezolanos, además de mostrar la importancia de grupos como el CJNG en el tráfico de drogas en Colombia.
En el caso de la región del Catatumbo, en el norte de Colombia, las autoridades locales manifiestan que los mexicanos controlan cerca del 80 por ciento del negocio de la droga. En varias oportunidades se ha visto la presencia de estas organizaciones en los laboratorios de cocaína, donde los grupos ilegales nacionales se encargan de brindarles seguridad.
“A las fincas nos llegan esos manes (SIC) con su acento extranjero y nos ofrecen mejores precios, sin importar qué grupo armado ilegal esté en la zona, pues lo que sabemos es que tanto el ELN, el EPL, las disidencias y demás grupos reciben plata de ellos para que no haya ningún problema”, señaló un campesino del Catatumbo a el diario La Opinión.
Por otro lado, existen otros casos como el de la cumbre clandestina del CJNG en Bogotá, donde los emisarios se reúnen con los grupos locales en la capital y nunca se desplazan hasta las zonas rurales donde está la producción.