BAJA CALIFORNIA, 13 de diciembre (Zeta).- “Hay varios grupos que dedican parte de su trabajo a traficar con especies endémicas, una de ellas es la ‘siempreviva’ que, a decir verdad, si no conoces de plantas ni siquiera la vas a detectar. El problema es que quienes revisan el cargamento ni siquiera se percatan de lo que contienen las cajas, solo revisan que la documentación sea correcta y le dan el pase. Así de sencillo transitan por todo Baja California Sur”, indicó a ZETA una fuente de la Fiscalía General de la República (FGR), respecto al tráfico de recursos naturales.
El último descubrimiento de mercado negro fue detectado en el Aeropuerto Internacional de La Paz, cuando se preparaba un cargamento de 30 cajas de “siempreviva” de Isla de Cedros (Dudleya pachyphytum). Personal de Aduanas dio aviso a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), cuyos agentes daban seguimiento al caso, pero aún no tenían el dato concreto.
La notificación llegó desde que el cargamento estaba en curso, la misma población que está en contra de que este tráfico se dé, o entre los mismos grupos que distribuyen ilegalmente estos productos, son los que se denuncian entre sí para mantener sus ganancias. Es sabido que entre los productos favoritos del crimen organizado está el pepino de mar, especies de animales como tortugas marinas, incluso la arena de mar, con gran demanda en Estados Unidos.
“La Profepa emitió una alerta a diferentes autoridades sobre posibles cargamentos de estas plantas (siemprevivas) enviadas a través del Aeropuerto Internacional de La Paz, solicitando su apoyo a fin de detectar dicha actividad y dar parte a esta autoridad, por lo que el 23 de junio de 2018, la oficina de Aduana en dicho aeropuerto detectó las plantas mediante el escaneo de los contenedores con Rayos X al revisar treinta cajas de plástico cerradas, dando el aviso correspondiente”, detalló la institución.
Lo cierto es que ya se sabía del tráfico ilegal de la flora silvestre, originaria y endémica de Isla de Cedros, que se desarrolla en áreas rocosas escarpadas en acantilados.
Durante el operativo se incautaron 493 plantas de “siempreviva” de Isla de Cedros, las cuales tenían como destino Cuautla, Morelos, a un vivero denominado Pueblo Viejo, ubicado en el Kilómetro 40 de la carretera Cuautla-Cuernavaca –Calle Polvorín entre Ficus y Aldama. El negocio está a nombre de Omar Nuncio Gómez.
Dicho vivero se dedica a la venta de plantas suculentas y diferentes especies de cactus, pero la forma de operar refiere que enviaba la factura a los operadores locales, estos se encargaban de empaquetar las “siemprevivas” en cajas de huevo y, después, en cajas plásticas, las colocaban como devoluciones.
Los ejemplares de vida silvestre contaban con documentación del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), sin embargo, la información obtenida por ZETA indica que es ilegal y, por tanto, funcionarios públicos de diferentes instituciones federales podrían estar involucrados.
Operación al descubierto
En mayo de 2017, se realizó la identificación y aseguramiento de 4 mil 756 ejemplares de “siemprevivas” de Isla de Cedros en Ensenada, Baja California, así como la detención de cuatro personas, tres de ellas de origen coreano.
Una vez descubierta la operación, se tuvo que recurrir a una nueva ruta de salida para el mercado negro, resultando más costosa por el traslado, pero con mayor oportunidad de derrama.
“Los pescadores locales requerían un nuevo empleo, por ello empezaron a tratar esta planta, la sacan y de ahí vienen buenos precios y recursos para su familia, estamos hablando de que cada planta la pagan entre 18 y 30 dólares, entonces, inviertes casi nada, solo un poco de gasolina y esfuerzo y tienes un buen de recursos; por ejemplo estamos hablando de más de un millón de pesos que se llevan los jóvenes que las extrajeron”, reveló una fuente a ZETA.
“Primero la traen de Cedros, van de Bahía Tortugas o Bahía Asunción en panga, unos pescadores se la traen, alguien de un vivero en Morelos les manda la factura, electrónica obviamente, la imprimen y de allá trasladan todas las plantitas, las meten en periódico y en cajas de plástico y las trasladan a un domicilio en La Paz. Ninguna autoridad los para porque traen factura vigente, y es legal la factura, el problema es que esa planta no es la que dicen ahí, pero casi nadie sabe de plantas, y nomás les ponen que son suculentas, o algo así.
“Es más fácil cuando llegan al domicilio de La Paz, el del domicilio contrata cualquiera de las tres paqueterías para que vayan a enviarlas a México y la paquetería va al domicilio por ellas”, señalan tanto la investigación como los testimonios.
Lo que elementos de Profepa, PGR y Aduana desconocen, es cómo las plantas llegaron hasta la capital, tras pasar varios filtros carreteros y fitosanitarios.
“Las envían por paquetería como si fuera una devolución, vienen desde allá, con una factura legal de un vivero, cuando llegan aquí, llegan a la casa. Esa casa se las pone en cajas de plástico, de esas que venden en Soriana por 119 pesos, envuelven cada plantita en papel periódico y las mandan de regreso a México, con la misma factura, nadie los puede parar porque vienen con la misma factura. Aduana lo que hace es checar en el programa que la factura esté vigente, de ser así, les da el pase”, externó el contacto de la PGR.
En cuanto a los trabajos ilegales en la comercialización de la “siempreviva” de Isla de Cedros, no todo se hace sin dejar huella. La factura del vivero Pueblo Viejo en Morelos y el domicilio y nombre de quien envía o hace la devolución de suculentas, son suficientes para que la PGR inicie la investigación y pueda establecer sanción.
La demanda en países de Oriente
Supuestamente la planta ha sido capturada por mexicanos con fines de tráfico ilegal hacia países como Corea y China, la planta ha sido sustraída sin un plan de manejo ambiental, con el cual la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) avale, pues al ser una especie endémica y ubicada en el Área Natural Protegida (ANP) Isla Cedros, requiere de un tratamiento especial.
“Es una planta propia de ambientes rocosos, donde existen fuertes pendientes, Isla de Cedros tiene un área de distribución cercana a la zona de Los Pinos, pero hacia la costa norteña, y es una especie que científicamente se le conoce como Dudleya Pachyphytum; la ‘siempreviva’ se encuentra casi en cada una de las islas que tenemos”, contextualizó Benito Bermúdez Almada, director de la CONANP Región Península de Baja California.
Expertos y protectores del medio ambiente han reconocido que una vez que los orientales exhiben que algún producto, especie o recurso natural es afrodisiaco, genera que el mercado negro se active, como ha ocurrido con la totoaba, cuernos de rinoceronte y otros, como ahora es codiciada la “siempreviva”.
La “siempreviva” es utilizada para generar ciertos productos que venden la idea de un afrodisiaco natural y exótico, pues recorre el mundo entero para dar resultados. Además, los ejemplares son reproducidos y vendidos a través de internet por productores orientales, entonces una planta endémica la están reproduciendo en otro sitio, copiando sus propiedades y distribuyéndola de manera “legal”.
El problema no es nuevo, la ruta sí es nueva y para las comunidades locales de Bahía Asunción y Bahía Tortugas está significando un empleo, lo cual están explotando con el apoyo de gran parte de los habitantes, aunque exista inconformidad en algunos.
El tema es que haya un plan de manejo del ANP, en el cual las comunidades se puedan ver beneficiadas, pues de seguir el tráfico, solo se buscarán nuevas rutas, tan clandestinas que quizá no se puedan detectar y, por consiguiente, dejarían de beneficiar a los locales que ahora comercian con la “siempreviva”.
Mientras tanto, lo asegurado fue devuelto, se encuentra bajo resguardo pero se pretende dar un buen uso del recurso y quizá auxiliar a los pobladores de Isla de Cedros.
De la necesidad a la oportunidad
Se sabe que por lo menos tres grupos están operando el tráfico de “siempreviva” en la capital, de las comunidades del norte, es probable que solo unos cuantos estén enterados del modus operandi para seguir sacando la especie desde Mulegé hasta La Paz y Los Cabos.
“El detalle interesante aquí es que si hay una demanda, necesitamos hacer un buen manejo de ese recurso para que, potencialmente, pudiera llegar a aprovecharse en el futuro a partir de un programa de manejo forestal, que beneficie a las comunidades locales, un problema transformarlo en una oportunidad económica, ambiental y social, porque en la isla hay necesidad de más empleo. Necesitamos ofrecer verdaderamente oportunidades, y ese es un caso, pero como estos tenemos varios donde los problemas los transformamos en positivo y lo hacemos oportunidad para la sociedad, con la participación de ellos”, refirió Benito Bermúdez.
Las autoridades federales y locales conocen cómo operan, tan es así que saben cuándo es temporada de estas plantas y, aunque sigan extrayendo el recurso de la zona, lo único que seguirá generando es un impacto en Isla Cedros, pero si se tiene un plan de manejo, no solo se garantiza que haya un aprovechamiento, sino que se preservaría el medio ambiente.
“La estimación exacta y precisa de los ejemplares no la tenemos, es parte de un programa de trabajo que estamos llevando durante 2018, vamos a hacer la estimación total de cobertura, de cuántos cientos de hectáreas tienen de cobertura a la planta Dudleya pachyphytum, y al mismo tiempo estamos creando los comités de vigilancia comunitaria, en el cual se va a dar apoyo a residentes del lugar para que se transformen en vigilantes con credencial y certificación de la autoridad ambiental”, agregó el funcionario respecto a una propuesta desde la CONANP, pero no hay estudio que pueda garantizar que el empleo sea para los locales.
La CONANP reveló a ZETA que ya se tiene un plan de trabajo para garantizar un aprovechamiento responsable, el mercado asiático debe revisarse y sobre todo el que se esté haciendo de manera ilegal, con participación de empresas serias y registradas ante Hacienda.
La intención es que los locales puedan obtener una medida de empleo para sostenerse y mejorar el aprovechamiento de la “siempreviva”.