CIUDAD DE MEXICO, 27 de febrero (La Política Online).- El grupo de gobernadores disidentes que intenta liderar Javier Corral comenzó con el pie izquierdo. Tal como se anticipó, el Gobernador de Chihuahua ensaya una nueva corriente para conseguir una plataforma que le permita ser candidato presidencial en el 2024. Sin embargo, no pudo sumar como pretendía a Enrique Alfaro y tampoco lo logró con Jaime Rodríguez Calderón, Gobernador de Nuevo León.
“El Bronco” le explicó a Corral que él debía cuidar sus nexos con el Gobierno Federal, de modo que los recursos de la entidad estén seguros, sobre todo los que requiere para proyectos estratégicos. Además, al regiomontano le fue mucho mejor que a Corral en el reparto del Presupuesto de Egresos de la Federación de este año.
A pesar de todo, Corral no se desalienta y sigue en la búsqueda de figuras. Después de la negativa pública que expresaron varias figuras -Juan Villoro también se bajó de ese barco, como el fallido estratega electoral Jorge Castañeda- el fin de semana Corral comenzó a esbozar en sus argumentos de persuasión nuevas estrategias.
Primero comenzó con el señalamiento de los intelectuales que lo acompañan, luego agregó al Grupo Reforma (controlado ahora por Carlos Slim), y finalmente terminó por decir en algunas conversaciones que Claudio X. González acercaría a Carlos Salinas de Gortari al grupo de oposición.
Una duda en el aire: ¿esto se habrá consultado con figuras como Denise Dresser, Juan Pardinas o Claudio González Guajardo? Porque, debe admitirse, suele identificarse al ex mandatario con muchos de los problemas que México tiene en la actualidad.
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Tampoco debería haber demasiadas tribulaciones de corte moral, si se considera que en 2018 no les importó acompañar a un Ricardo Anaya que además de conducir al PAN a la derrota, nunca pudo explicar de modo preciso su fenomenal patrimonio en Querétaro u otros destinos.
Corral entiende que Salinas de Gortari le podría acercar a gobernadores del PRI y del PAN pero no en lo inmediato, sino en un futuro cercano. El nombre de Claudio X. en estas conversaciones tampoco sorprende, porque si bien el magnate en la transición se mostró casi simpático con AMLO, nadie le pudo quitar la idea de que el Gobierno operó para que él no pudiera designar al sucesor de Juan Pablo Castañón en el CCE. En privado Claudio X. dice que Carlos Salazar Lomelín es un “tibio”, argumento que empieza a permear en todos los círculos empresariales.