El Universal.- Una nueva caravana, esta vez, integrada por unos mil 500 migrantes de Centroamérica y Cuba, partió la madrugada del sábado de esta ciudad, con destino a la frontera de Estados Unidos. Por primera vez, la caravana se organizó en territorio mexicano; el grupo está conformado por indocumentados de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Cuba.
Los extranjeros dejaron la ciudad de Tapachula luego de haber denunciado actos de corrupcion al interior del Instituto Nacional de Migración (INM) y bautizaron al contingente con el nombre de Caravana Centroamericana y del Caribe. La caminata inició a las 4:00 de la madrugada, partiendo del parque central Miguel Hidalgo, tras orar para que les vaya bien en el camino. Avanzaron custodiados por elementos de la Policía Federal para evitar algún incidente en la carretera con los automovilistas. Al inició del contingente, dos migrantes caminaban con una manta con la leyenda: “Caravana Centroamericana y Caribe, Gracias México por su apoyo”.
A un costado se leía “El respeto al derecho ajeno es la paz”, así como el dibujo del rostro de Benito Juárez, en un costado la estampa de manos pequeñas y la leyenda “Dios bendiga a todos los niños y las banderas de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Cuba”.
Con mochila al hombro, botellas con agua, maletas, cobertores y otros cargando ventiladores y aparatos de sonido, el contingente avanzó las primeras seis horas hasta la entrada a la colonia Guadalupe, perteneciente al municipio de Huehuetán.
Visiblemente cansadas, las mujeres caminaban a paso lento con sus bebés en brazos, que lloraban debido al fuerte sol. Funcionarios del ayuntamiento de Huixtla, municipio donde pretenden pernoctar los migrantes, ofrecieron a los integrantes de la caravana transportar en combis hasta la alcaldía de Escuintla a las mujeres y los niños, para evitar el desgaste físico.
El titular de Protección Civil de Huixtla, Cipriano Hernández Estudillo, dijo que en nombre del alcalde José Luis Laparra se ofrecía ese medio de transporte para que continuaran su camino hasta el municipio vecino de Escuintla, ubicado a unos 40 kilómetros de esta localidad.
Uno de los líderes de esta caravana, el cubano Mikel Herández, de profesión médico neurocirujano, señaló que esta estrategia —de ayudarlos a avanzar— es para evitar que ingresen a los pueblos a descansar, ya que son vistos como delincuentes. “No somos delincuentes, no vamos a provocar desorden, sólo queremos descansar sin molestar a nadie”, aseveró el médico. Pidió a los mexicanos su apoyo con alimento y agua, ya que todos estos migrantes son personas que huyen de la violencia, pobreza y cuestiones políticas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Cuba y no tienen para brindar comida a sus hijos.
Trámites lentos. Los cubanos ingresaron a territorio mexicano desde principios de 2019, esperaban legalizar su paso por el país, pero les desesperó la lentitud en el servicio, además de que denunciaron actos de corrupción. Tras ésto, la oficina de regularización migratoria fue cerrada.