Por las calles la vida sigue como si no existiera la amenaza del volcán activo, que se ubica a 70 kilómetros de la Ciudad de México / Acostumbrados a vivir en un estado permanente de alerta, las fuertes explosiones y la caída de ceniza ya no asustan a sus habitantes
SAN PEDRO BENITO JUAREZ, Puebla, 29 de marzo (SinEmbargo/EFE/PeriódicoCentral).- Con respeto pero sin alterar su cotidianeidad, miles de familias viven en las faldas del Popocatépetl, un volcán activo ubicado en el centro de México cuya actividad se ha incrementado las últimas semanas.
Desde este jueves, la alerta está en amarillo fase 3, lo que significa que autoridades y habitantes han de estar preparados ante una posible evacuación si las explosiones y frecuentes exhalaciones continúan.
“Le digo a la población que hay que tenerle respeto al volcán, en cualquier momento que nos digan, nos vamos”, señala en entrevista a Efe Roberto Torres Flores, Comandante de Protección Civil de San Pedro Benito Juárez.
A tan solo 15 kilómetros del cráter del volcán se encuentra la comunidad de San Pedro Benito Juárez. Es la segunda más cercana al Popocatépetl y una de las 24 con mayor riesgo en caso de una erupción volcánica.
La comunidad lo sabe, lleva años escuchando y sintiendo los cambios del volcán.
No son más de 3 mil familias las que viven en San Pedro Benito Juárez, una pequeña población del céntrico estado mexicano de Puebla.
De profesión campesinos, reciben ingresos adicionales de las remesas que sus familiares les envían de Estados Unidos.
La contingencia del volcán, sin embargo, no ha cambiado la vida de los pobladores.
Acostumbrados a vivir en un estado permanente de alerta, las fuertes explosiones y la caída de ceniza ya no asustan a sus habitantes.
“El volcán ha estado muy alterado, expulsando material y llega momentos en que lanza lava”, afirma el comandante a Efe.
A pesar de esto, considera que la comunidad está “tranquila”.
Son pocos los que se acercan a preguntar cómo está la situación y qué medidas tomar.
Por las calles la vida sigue como si no existiera la amenaza de este volcán activo, que se ubica a 70 kilómetros de la Ciudad de México.
Los niños van a la escuela y las mujeres realizan sus actividades normales del hogar; los hombres cuidan en el campo sus cosechas.
“La vida sigue igual, cada quien a su trabajo, los niños a la escuela”, dice Fernando Cordero, originario de esta comunidad.
Pero todos, de reojo, cada mañana miran el volcán, como quien busca el pronóstico del tiempo, para ver si el día se presenta tranquilo.
La diferencia es que en esta comunidad llevan años con sus documentos listos en carpetas por si deben huir ante una fuerte explosión.
A San Pedro Benito Juárez ha llegado personal de Protección Civil Estatal, bomberos y autoridades para señalar y revisar el estado de las rutas de evacuación.
Pobladores señalan que el camino presenta baches y es angosto.
“Si llega a pasar algo no vamos a saber para dónde correr”, declara Juan Durán a Efe.
Él y otros habitantes piden a las autoridades otra ruta de evacuación que les dé acceso a la autopista.
El albergue más cercano a su comunidad se encuentra en Izúcar de Matamoros, listo en caso de ser requerido por los habitantes.
Hasta el momento no ha sido ocupado, pero en caso de ser necesaria una evacuación las autoridades tienen listas unidades de transporte para mover a los habitantes hasta los albergues más cercanos.
En caso de negarse a abandonar sus viviendas deberán firmar una carta en la que asume su responsabilidad en la decisión.
A pesar de la aparente calma, hay quienes sí le temen al volcán.
“Estamos preocupados”, reconoce a EfeInés Escamilla, originaria de San Pedro Benito Juárez.
“Sí nos da miedo, pero vamos a esperar a ver qué dice Dios”, agrega.
Ella, al igual que el resto de pobladores declara que hay que “estar prevenidos”.
En Puebla, según declaran las autoridades estatales un total de 100 mil personas viven en riesgo ante una posible erupción del volcán Popocatépetl.
Protección Civil informó que hay seis municipios con 24 comunidades en las que 60 mil personas viven en riesgo mayor.
Mientras que otras 40 mil se encuentran en riesgo menor.
En caso de una contingencia el Gobierno de Puebla tiene listos 205 albergues con capacidad para 124 mil personas en Atlixco, Izúcar de Matamoros, Cholula, Puebla y San Martín Texmelucan, principalmente en escuelas y auditorios.
Tres municipios siguen su vida con normalidad
En Xalintzintla, San Mateo Ozolco y San Pedro Benito Juárez, no ha pasado nada. Para los pobladores de estas comunidades a las faldas del volcán Popocatépetl su vida sigue igual a pesar de que este 28 de marzo se elevó la alerta a Amarillo Fase 3, cuando desde 2013 se había mantenido en Fase 2.
Los pobladores observan sin mayor asombro a los reporteros que hoy llegaron a las comunidades para conocer cuál es la impresión de los pobladores tras el cambio de alerta.
Aunque la noticia llegó incluso a otros países, para quienes viven en las faltas de “Don Goyo”, nada cambió, dicen que están acostumbrados a convivir con la actividad del volcán.
Tras la explosión que registró el Popocatépetl, la mañana de este jueves 28 de marzo a las 6:52 horas, el Cenapred tomó la decisión de cambiar el semáforo de alerta del coloso de Amarillo Fase 2, a Fase 3.
Xalitzintla
A las 12 del día, el camino a San Nicolás de los Ranchos luce despejado, el cielo está claro y el sol quema con mucha intensidad. Sobre la carretera a Xalitzintla hay más tránsito de lo habitual, camionetas de lujo van y vienen, entre ellas se pierden los coches de la localidad y las camionetas que usan los campesinos para sus actividades.
Desde el pequeño Zócalo de Xalitzintla, el volcán apenas y se aprecia, porque una densa capa lo cubre. Algunas personas aseguran que es ceniza y otras que sólo son las nubes.
En el corazón de la comunidad, hay una señora vendiendo trastes, mientras unos niños juegan y los estudiantes de secundaria sólo ríen: “Ya no nos espanta el popo, siempre hace lo mismo, antes sí me daba miedo, ahora ya no”, dijo uno de los chavos de secundaria que se nota es el más sociable.
La gente luce harta por la presencia de los medios de comunicación, ya no quieren dar entrevistas y rechazan lo mismo a los de TV Azteca, El Sol de Puebla, W Radio, entre otros: “Ya no nos espantamos, ya estamos acostumbrados, ya dimos entrevista, yo no soy de acá”, menciona una señora que vende los trastes en un tono molesto y fastidiado.
San Mateo Ozolco
Es la comunidad más alta de San Andrés Calpan, sólo una barranca desde donde se aprecia el valle la separa del popo. Aquí también la actividad transcurre con calma, pero a diferencia de Xalitzintla, las rutas de evacuación lucen desoladas y en pésimas condiciones, están llenas de baches y en algunos tramos tienen cuarteaduras.
Las calles de San Mateo Ozolco están vacías, tal vez por el intenso calor que se siente, la gente prefiere quedarse en su casa y sólo se observan a los perros caminando por las vialidades, algunos hasta se dan el lujo de echarse a tomar el sol a la mitad de la calle.
San Pedro Benito Juárez
Llegando a esta comunidad, el coloso se aprecia imponente, y cómo no, si es la comunidad del estado de Puebla que está más cerca del cráter. No hay cerros que opaquen la vista de Don Goyo, su cráter escupe una leve fumarola.
En esta comunidad, no hay nada que la pueda cubrir del material incandescente y la lava. Además, es la de más difícil acceso y por eso, el secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla declaró que sería la más complicada de evacuar.
A pesar de eso, los pocos habitantes de la zona llevan su vida de manera normal, tampoco les espantan las explosiones ni se alarman ante el cambio de fase, por el contrario, lucen tranquilos y siguiendo sus vidas como si nada pasara.
A pesar de que el Gobierno del Estado cambió la fase del semáforo amarillo de dos a tres, y que por la mañana anunció un despliegue de elementos de Protección Civil, del ejército y de Seguridad Pública, para cualquier eventualidad, las personas están a merced del volcán y en ninguna de las 3 localidades hay presencia de elementos de seguridad.
Desde las 3 comunidades que visitó CENTRAL, el popo se ve tranquilo, ni parece que sea un volcán que esté activo o que haya explotado la madrugada de este jueves.
No se escucha movimiento en su interior, ni hay fumarolas escandalosas, es como un niño dormido, pero quizá se esté preparando para sorprender a los poblanos con una nueva explosión.