CIUDAD DE MEXICO, 9 de abril (SinEmbargo/EFE).- Tras años en manos de un coleccionista amateur, México recuperó dos piezas arqueológicas de la cultura teotihuacana (200-700 d.C.) con ayuda del Buró Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos, informaron este martes las autoridades.
“Se trata de dos figuras antropomorfas elaboradas en barro mediante técnicas de modelado, alisado, incisión y aplicación de pastillaje”, explicó el arqueólogo mexicano, Omar Silis García, en un evento de la Embajada de Estados Unidos en México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de la Secretaría de Cultura de México.
Ambas piezas, cuyas dimensiones son de 6.5 centímetros por 9 centímetros, representan a un personaje masculino sedente (sentado), desnudo que porta pulseras y ajorcas (aros de metal), collar y faja y su expresión es adusta y sin pelo.
El especialista dijo que por las características morfológicas y estilísticas observables se concluyó que “se trata de figuras de estilo teotihuacano elaboradas durante el periodo Clásico mesoamericano (200-700 d.C.) en el Altiplano Central Mesoamericano”.
Aunque no había un reporte de robo, ni de sustracción ilegal o pérdida por parte del Gobierno mexicano, las piezas se hallaron en un sótano de un coleccionista amateur y misionero religioso en el estado de Indiana.
El hallazgo ocurrió tras el fallecimiento de Don Miller, quien murió a los 91 años en 2015 y cuya casa fue allanada un año después por el FBI, tras una llamada anónima, en la que se localizaron más de 42 mil artefactos de diversas culturas del mundo.
“Miller tenía la piezas exhibidas en gabinetes en su sótano y antes de morir pidió que las piezas se regresaran a su países de origen”, explicó el agregado jurídico adjunto del FBI en México, Edward Gallant.
Por su parte, la antropóloga Aída Castilleja, secretaria técnica del INAH, señalo que las piezas serán reintegradas y registradas para saber a qué acervo del instituto van ser reintegradas y pueden ser exhibidas pero deben pasar también por un proceso de curaduría.
En tanto, James Wolfe, consejero para asuntos educativos y culturales de la Embajada de Estados Unidos, explicó que la restitución de estas piezas es el resultado de una cercana colaboración entre Estados Unidos y México, y es parte de los esfuerzos para recuperar y devolver bienes culturales.
Esta recuperación, que comenzó en marzo de 2016 y finalizó en febrero de 2019, se concretó bajo el Tratado de Cooperación México-Estados Unidos, para la Recuperación y Devolución de Bienes Arqueológicos, Históricos y Culturales Robados, firmado el 17 de julio de 1970.