(El Universal).- Con distintas quejas de que el proyecto quedó incompleto y no tendrá recursos para su implementación, el pleno de la Cámara de Diputados avaló —con 417 votos a favor, 29 abstenciones y un voto en contra de la panista Sylvia Garfias— la reforma laboral con la que se cumple la exigencia del Congreso de Estados Unidos para que ratifique el tratado de libre comercio con nuestro país, conocido como T-MEC. Este dictamen, que fue enviado al Senado para su discusión y eventual aprobación, registró abstenciones de toda la bancada de MC, así como de la perredista Abril Alcalá y de los diputados sin partido Ana Lucía Riojas y Carlos Morales. Con esta reforma se eliminan las juntas de Conciliación y Arbitraje, se transforma el sistema de justicia laboral, se democratizan los sindicatos, los contratos colectivos y la elección de sus líderes a través del voto libre, directo y secreto de sus agremiados.
El pasado 2 de abril, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, advirtió que el Congreso estadounidense no avalaría el último acuerdo comercial con México y Canadá hasta que nuestro país aprobara una reforma laboral.
En el debate, una de las oposiciones que sufrió este proyecto fue la del aliado de Morena, el PT, que le exigió incluir la eliminación del sistema de subcontratación, mejor conocido como outsourcing. Óscar González (PT) pidió a Morena no darle “vueltas” al asunto y debatirlo.
En respuesta, el diputado Pablo Gómez (Morena) adelantó que se discutirá en audiencias públicas, al igual que la situación laboral de los jornaleros agrícolas. Después de ocho horas de debate, los diputados modificaron siete artículos y avalaron en lo particular todas las reservas; 258 votaron a favor, 18 abstenciones y 67 en contra, pero 104 legisladores se adelantaron sus vacaciones de Semana Santa, pues se fueron antes de concluir la sesión. Contenido. La reforma establece que en sustitución de las Juntas de Conciliación se crearán tribunales en el seno del Poder Judicial de la Federación y se le dará vida al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) que administrará y estará a cargo de la conciliación para la solución de controversias entre trabajadores y patrones o sindicatos, así como entre organizaciones gremiales.
Se modifican también los requisitos que deberán cumplir los estatutos de los sindicatos, a efecto de salvaguardar la democracia de la elección de las dirigencias sindicales, que deberán llevarse a cabo por primera vez a partir de una obligación legal, mediante un voto directo, personal, libre y secreto. El coordinador de la bancada de Morena, Mario Delgado, aseguró: “Hoy estamos en la posibilidad de desaparecer para siempre el charrismo sindical, nos vamos nada más a quedar con la charrería como deporte nacional, pero el charrismo sindical hoy lo enterramos con esta reforma laboral al introducir democracia en la elección de las dirigencias sindicales a través del voto libre, secreto y directo”, explicó.
“De manera unánime, el PT decidió votar en contra de esta reforma. ¿Por qué? ¿Por qué si estamos de acuerdo en lo que plantea la reforma, no tenemos ninguna diferencia sustantiva, por qué entonces votar en contra? Porque nos parece insuficiente.
Consideramos que una reforma laboral que no incluya la eliminación del outsourcing, el anglicismo con el que se conoce a la subcontratación, no es una reforma que se pueda plantear a la altura de la Cuarta Transformación”, dijo el diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña.
“Se escudan en el T-MEC; no se va a aprobar en el siguiente mes. Esa prisa es irreal, a menos que estén obedeciendo al presidente del vecino país (...) No hay prisa; sin embargo, no se le quiso dar el tiempo a esta reforma tan importante que no refleja en lo general las garantías que debería contener una reforma de avanzada, se queda corta”, consideró el panista Arturo Espadas. El diputado del PRI y líder de la CROC, Isaías González, intentó plantear que se eliminara la palabra “directo” al voto que emitirán los agremiados por sus líderes y que no se imprimieran los estados de cuenta de los sindicatos para no gastar grandes cantidades de recursos.