CIUDAD DE MEXICO, 16 de abril (AP/NTX).- Las autoridades de un municipio del Estado de Chiapas, en el Sur de México, trataron infructuosamente de evitar que una caravana de unos 2,000 migrantes centroamericanos ingresara al pueblo de Huixtla.
El gobierno de Huixtla declaró una emergencia el lunes por la noche y aconsejó a las tiendas que cerraran cuando los migrantes entraron al pueblo de todos modos. La caravana se dirigió hacia el centro del pueblo, aunque las autoridades querían que se quedaran en un refugio improvisado lejos de allí.
La municipalidad dijo en un comunicado que “lamentablemente la mayoría no viene de la forma pacífica que nosotros esperábamos”. Los funcionarios también recomendaron a la gente que no saliera a la calle porque los migrantes son una amenaza a la seguridad.
La fría recepción del pueblo contrasta con la amable bienvenida que le dio a las caravanas de migrantes el año pasado.
Plan DN-III-E
Sus gestos impasibles se ven vulnerados con lo que sucede a su alrededor. No podría ser de otra manera. El simple acto de servir un plato de comida, se ha convertido en la fuente que mantiene en pie las esperanzas de miles de migrantes en este municipio.
Al observar que el primero en la fila es un menor de origen hondureño que llegó corriendo con su botella de refresco vacía y un plato de plástico, desde el otro lado del albergue habilitado en el auditorio de Mapastepec, los elementos del Ejército a cargo del comedor comunitario, no pueden más que sonreír.
La escena del niño impaciente por ser atendido por los militares y sus simpáticas exigencias para que comiencen a servir: “¿ya terminaron? ¡Tengo hambre!”, causa un ataque de risa colectiva entre los demás centroamericanos de todas las edades que se han integrado a la formación.
Con el objetivo de atender a la población de más de cuatro mil migrantes que se encuentran varados en este municipio, la Secretaría de la Defensa Nacional puso en marcha el Plan DN-III-E, a través del cual, 21 elementos del Ejército entre oficiales y tropas, brindan alimento a mil 204 personas.
En entrevista, el Capitán Segundo Intendente, Deolegario Hernández Hernández, detalló que los insumos para elaborar los platillos de los desayunos y cenas que se preparan en la cocina móvil del Ejército, son donados por la Coordinación Nacional de Protección Civil.
En la fila, el infante ya no puede contener más la inquietud y el entusiasmo por recibir sus alimentos. Los elementos del Ejército se rinden ante él y lo hacen pasar con su plato, previamente lavado en un depósito de agua, para servirle un menú sencillo que, en estas condiciones, sabe a “esperanza”.
Arroz, frijoles negros, un guisado de lata como atún o sardina y para los menores, ensalada de lechuga y jitomate, colman los humildes platos de los centroamericanos, quienes de vez en cuando dan un “gracias” a los oficiales.
“Se siente bien poder ayudar a las personas que más lo necesiten, te da mucho orgullo”, afirmó el capitán segundo intendente, Hernández Hernández.
En el albergue habilitado en el auditorio municipal de Mapastepec, se encuentran dos caravanas de más de dos mil personas cada una, integrada en su mayoría por gente de nacionalidad hondureña, cubana, salvadoreña y nicaragüense.