El rostro de los niños y menores que son separados de sus padres y familiares en el borde fronterizo México-EE.UU., cuando son detenidos por agentes de la “migra” estadounidenses al cruzar la frontera ilegalmente, refleja el miedo, la incertidumbre a la que se enfrentan al ser apartados de sus seres queridos, sin saber a dónde los llevan ni cuándo los volveran a ver.
La migración es siempre un drama de personas concretas, y en caso de niños y sus padres, que salen de sus países para huir de la pobreza o la violencia.