Por Carmen Pizano
Guanajuato, 5 de abril (Pop Lab/SinEmbargo).- Pese a tratarse de una prioridad de la agenda educativa nacional , atender el reclamo de educación media superior de la población del noreste de la entidad es una promesa incumplida de la Universidad de Guanajuato . El principal obstáculo es la falta de recursos para invertir 4 millones de pesos para la operación.
https://www.youtube.com/watch?v=4mUp7URU1WI
Sin embargo, la máxima casa de estudios no tuvo ningún empacho en autorizar una inversión de casi 6 millones de pesos para remodelar el despacho de su rector general y dotarlo de la última tecnología en sistema de iluminación y dispositivos “inteligentes”.
Mientras tanto, decenas de familias de municipios del noreste del estado se enfrentan a una lucha por el incumplimiento de la promesa que hicieron autoridades universitarias, quienes les hablaron de abrir una extensión del Colegio Medio Superior en Tierra Blanca, con capacidad para recibir a 80 jóvenes, pero ahora por falta de presupuesto solo pueden ofertar un cupo máximo de 45 alumnos.
De acuerdo con las autoridades universitarias, abrir un segundo grupo en la extensión de Tierra Blanca significaría una inversión de 4 millones de pesos, además de la infraestructura física para albergar a alrededor de 40 estudiantes, recurso que no tienen presupuestado.
En la remodelación de la oficina de Guerrero Agripino que se hizo entre diciembre 2015 y 2016 se incluyeron 2 millones 370 mil pesos para la instalación eléctrica y de domótica, es decir, automatizar sistemas de iluminación, video conferencias, video grabación y de audio.
LA SALA DE JUNTAS EN CALLEJÓN DE BOLICHE
Luego del gasto en la oficina “inteligente” del rector general, entre los años 2016 y 2018 la UG gastó 1 millón 941 mil pesos en la remodelación de una vivienda ubicada en el callejón del Boliche, en el centro de la ciudad capital, para adaptarla como una sala de juntas, con el argumento de la falta de espacios en el edificio central. A pesar de la promesa de un plan de austeridad en 2017, la vivienda fue habilitada con una recepción, sala de espera, sala de juntas y baño con cocina, en la que se agregaron aire acondicionado, y acabados de madera y cantera.
Fue el pasado 31 de enero que autoridades de la Preparatoria Oficial de la UG de San Luis de la Paz anunciaron que llegarían con una extensión al municipio de Tierra Blanca, dando como plazo el 16 de febrero para iniciar con el curso propedéutico, por lo que realizaron promoción en las escuelas secundarias de la región.
Sin embargo, apenas un par de días antes de iniciar con el curso comenzaron a correr rumores de la cancelación de la llegada de la Preparatoria a Tierra Blanca. El día que tendría que haber iniciado el curso se confirmó que la promesa no sería cumplida. Hoy se sabe que el problema es de recursos públicos.
MOVILIZACIÓN SOCIAL
El 21 de marzo estalló la protesta social: padres de familia de los municipios del noreste se manifestaron en el Centro Interdisciplinario del Noreste por la promesa incumplida de la Universidad de Guanajuato.
Acompañados de autoridades municipales, incluido el Alcalde panista de Tierra Blanca, Pedro Pueblito Hernández, comenzaron con la movilización para exigir que se concretara el proyecto anunciado unos meses atrás.
El compromiso había sido abrir la extensión con capacidad para 80 jóvenes que estudiarían un tronco común los primeros cuatro semestres, los dos restantes podrían elegir entre cuatro bachilleratos: Ciencias Sociales y Humanidades, Físico-Matemático, Químico- Biológico y Económico-Administrativo.
La primera respuesta de las autoridades universitarias fue que se había decidido “profundizar en los estudios de factibilidad para evaluar su pertinencia”, dependiendo de las necesidades de la población.
A través de una ficha informativa proporcionada a POPLab a través del área de comunicación de la UG, se expuso el lunes 25 de marzo que era “necesario conocer las necesidades reales de la población en relación a la oferta educativa, así como la capacidad instalada con la que se cuenta”.
“Los resultados permitirán llevar a aquella región del estado programas educativos que abonen a su progreso y el desarrollo de sus habitantes”.
pesar del estudio anunciado, tres días después la institución emitió un comunicado de prensa en el que anunció la puesta en marcha de un programa piloto, luego de reunirse con padres de familia de la región.
El programa piloto no fue lo que se había prometido, pues solo abrirían el espacio para 30 estudiantes que verían limitada la oferta al bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades, con el argumento de que el resto de subsistemas educativos de la región ya contaban con áreas enfocadas a los otros programas de estudio prometidos.
La noticia motivó que padres de familia y autoridades municipales de Tierra Blanca solicitaran una reunión con el rector general de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, pero la respuesta que recibieron el 1 de abril fue que no podía atenderlos porque estaba fuera del estado. En su lugar fueron recibidos por una comisión encabezada por Héctor Efraín Rodríguez de la Rosa, secretario general de la UG, y J. Merced Rizo Carmona, director del Colegio de Nivel Medio Superior, para reunirse con padres de familia y autoridades del municipio el martes 2 de abril.
Tras una reunión de casi tres horas que fue a puerta cerrada por órdenes de las autoridades de la UG, la Universidad solo se comprometió a ampliar a 45 el número de estudiantes que recibirían para el próximo ciclo escolar con la única opción de cursar el bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades.
“NOS ENGAÑARON”
Decepcionados y molestos salieron los padres de familia y las autoridades municipales de Tierra Blanca del encuentro con los representantes de la Universidad. Estos catalogaron la promesa original como “un resbalón” y se retractaron, justificándose por la falta de presupuesto, como lo reconoció el director del Colegio de Nivel Medio Superior, J. Merced Rizo Carmona.
La decisión de la Universidad no solo afecta a jóvenes de Tierra Blanca, sino también a municipios aledaños como Santa Catarina, San José Iturbide, Doctor Mora, Atarjea, Victoria y Xichú, vieron frenada su aspiración de ser parte de la comunidad universitaria.
En febrero pasado, el hijo menor de Adriana Chavero García llegó entusiasmado a casa, después de que se promoviera el inicio de clases de una extensión de la preparatoria oficial. En menos de tres días reunió todos los requisitos para poder iniciar con los trámites y cursar el propedéutico, pero el día que arrancaban las clases se topó con el anuncio de la cancelación.
La noticia de la cancelación fue una frustración para el joven que está por egresar de la escuela secundaria Siglo XXI de Tierra Blanca.
Acompañada de decenas de padres de familia, Adriana comenzó a exigir a la UG el cumplimiento de la promesa, que finalmente no podrá concretarse porque la Universidad se escuda en la falta de recursos económicos.
“No nos merecemos que nos engañen, nosotros no lo pedimos, ellos lo ofrecieron”, señaló Chavero García.
Aunque en Tierra Blanca existen subsistemas como el Cecyte, que oferta programas educativos relacionados con el bachillerato de Físico-Matemático, está sobresaturado, por lo que veían en la promesa de la UG una opción más para los jóvenes.
OFERTA CHOCA CON SUS PROPIOS PROGRAMAS
A decir del responsable del área educativa de la administración municipal de Tierra Blanca, J. Luis Hipólito Ramírez Cabrera, la propia UG entra en contradicción al pretender abrir espacios solo de bachillerato en Ciencias Sociales y Humanidades, cuando el Centro Interdisciplinario del Noreste de la Universidad de Guanajuato únicamente oferta ingenierías.
“La propuesta es distante, opuesta a las necesidades de la región, no satisface la demanda”, manifestó el funcionario municipal, luego de escuchar a las autoridades académicas.
La respuesta de los representantes de Guerrero Agripino fue que se “resbalaron” al prometer espacio para 80 jóvenes con la opción de cuatro bachilleratos porque falló la comunicación, según reconoció el director del Colegio Medio Superior.
“Con una disculpa ni los jóvenes ni los padres de familia quedan satisfechos porque no responde a las expectativas”, sentenció J. Luis Hipólito Ramírez.
Inconformes e insatisfechos con la respuesta de las autoridades universitarias, los padres de familia adelantaron que la movilización continuará, incluso pedirán el apoyo del gobierno estatal para que se cumpla con lo prometido.
Luego de hablar con los padres de familia en el edificio central de la UG, J. Merced Rizo, director del Colegio Medio Superior, señaló que la falta de recursos es lo que impide a la Universidad cumplir con la ampliación de la oferta educativa para la región.
“La capacidad instalada del Centro Interdisciplinario es solamente para la apertura de un grupo, cuya capacidad puede extenderse a 40 o 45, abrir dos grupos implicaría una erogación económica por parte de la Universidad que no está presupuestada para este año”.
Agregó que para la operación se requeriría un aproximado de 4 millones de pesos, recurso que tendría que sumarse a la ampliación de infraestructura.
El secretario general de la Universidad, Héctor Efraín Rodríguez de la Rosa, remató el comentario señalando que no tienen aulas y laboratorios para poder hacer efectivo el primer ofrecimiento.
“Doblar o sumar más grupos definitivamente va en contra de la acción responsable de la Universidad, de asegurar todos los servicios que ofrecen las instalaciones por dentro”.
OFICINA DE LUJO PARA EL RECTOR
Las limitantes que exhibe la Universidad de Guanajuato para atender un tema sustantivo como es la extensión de la oferta educativa, no existieron cuando se trató de remodelar las oficinas del rector general, donde se gastaron 5 millones 712 mil pesos e incluso las obras iniciaron antes de concluir el proceso de licitación.
A través de Acceso a la Información Pública se pudo conocer el contrato UG/13/RF/AE/CO/296-15 que firmó la UG con Espinosa Ingenieros Constructores SA de CV, para la adecuación, mantenimiento e intervención de espacios administrativos del tercer módulo sur del edificio ubicado en Lascuráin de Retana número 5, en el centro de Guanajuato, es decir, la oficina de la Rectoría General.
El monto inicial contratado para la obra fue por 4 millones 961 mil 257 pesos en diciembre de 2015, pero un año después, el 16 de diciembre de 2016 hubo una ampliación por 751 mil 387 pesos, para dar el total de casi 6 millones de pesos.
Aunque los trabajos debieron iniciar el 29 de diciembre de 2015, fecha en que se firmó el contrato, POPLab tiene evidencia de que comenzaron antes.
Entre los gastos que destacan en el catálogo, del cual POPLab tiene copia, está el millón 180 mil pesos en carpintería, que incluye la duela en la oficina de Guerrero Agripino.
Fueron destinados más de 2 millones 370 mil pesos en la instalación eléctrica y domótica, que es la automatización del sistema para el control del aire acondicionado, la iluminación, el sonido y la mecanización de persianas para ofrecer luz natural.
En las persianas se gastaron más de 290 mil pesos, en el aire acondicionado 178 mil pesos, en la iluminación 136 mil pesos, en el sistema de videoconferencia fueron 695 mil pesos, mientras que en el sistema de presentación y proyección la cifra superó los 247 mil pesos.
Por Redacción / Sin Embargo